¡Buenos días de domingo a todos!
Para terminar la semana como es debido hoy os traigo un post de batalla entre dos espectaculares edificios que se encuentran en el Grote Markt de la ciudad de Lovaina. El espectacular ayuntamiento (Stadhuis) y la Iglesia de Sint-Pieterskerk o también conocida como La Iglesia de San Pedro.
El ayuntamiento es un edificio histórico de estilo gótico que fue construido a lo largo del siglo XV. Presenta una fachada de tres pisos superpuestos, con espacios de tragaluz y un tejado en el que se sitúanos seis torreones. fueron tres los arquitectos que formaron parte en la planificación de este complejo monumental, Sulpicio van Vorst, Jan Keldermans II y Matheus de Layens; este último quien decidió experimentar sobre las anteriores decisiones, e inspirado en los planos del ayuntamiento originario de Bruselas, decide añadir dos torreones simétricos a su obra.
En el desastre de la primer guerra mundial fue el único edificio en mantenerse en pie, aunque más adelante, en el siglo XIX, el alcalde de Lovaina se vio obligado a restaurar la fachada con sus más de 200 estatuillas que recorren todo el exterior. Para ser más exactos, las figuras situadas en la parte inferior del edificio representan a personajes importantes de la historia de la ciudad, en el segundo escalón encontramos a a Los Santos patrones y algunas simbólicas pertenecientes a la esfera católica, y por último, en la tercera parte de la fachada encontramos a los condes y duques que gobernaron en Lovaina a lo largo de la historia.
Como podéis ver el complejo arquitectónico es realmente increíble y recargado, repleto de detalles pequeños que recrean un edificio verdaderamente singular, y que muy poco tiene que ver con La Iglesia de San Pedro que se sitúa justo en frente. Hablemos.
Su arquitecto os sonará, es Sulpicio van Vorst, el mismo genio que comenzó los diseños del ayuntamiento. Aunque el estilo es gótico brabantino (algo moderno para este caso), la tónica general es muy diferente a lo que hemos hablado hasta ahora. La fachada es sobria y el interior tiene un estilo poco recargado de figuras, el espacio es singular y en tonalidad blanca donde reflejan las luces de colores que provoca el sol al cruzar las cristaleras, en tonos rosados y pasteles. Un efecto realmente inusual y con un matiz, quizá, de diseño modernista ya que las clásicas catedrales inspiraban vidrieras con historias bíblicas, maderas de roble y colores fuertes.
Todo eso es resultado de un ejemplo de edificios sucesores. La realidad es que la primera iglesia se levantó en el 986 siendo ésta la más antigua de toda la ciudad, pero después de un gravísimo incendio se vieron obligados a construir una nueva de estilo románico; a la que se superpuso la actual que terminó faena a finales del siglo XV. Más adelante el complejo vuelve a sufrir durante las dos guerras mundiales y tuvo que restaurarse en varias ocasiones, esto provoca, quizás, el estilo nuevo de diseño modernista.
Uno frente al otro, mismas épocas entrelazadas, varios arquitectos y más de una reforma que resuelven, una vez más, en una plaza del mercado de lo más especial. En Flandes todo empasta, una fachada por aquí y otra de un calibre completamente diferente por allí, pero lo encajamos y voilà! Está claro que estos flamencos no defraudan.
Espero que os haya gustado! Nos vemos pronto.
Mi nombre es Eva Herrero y soy la nueva corresponsal Erasmus para las ciudades de Amberes y Lovaina. ¡Estudio cuarto de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad de Salamanca y estoy muy contenta de poder compartir de hoy en adelante todas mis experiencias con vosotros!
Solo llevo aquí un día, pero me ha bastado para comprender que Bélgica es el país de las bicicletas, la ciudad está repleta de ciclistas y las calles están perfectamente acondicionadas, aunque el caos entre transeúntes a veces resulte inevitable.