Bélgica es un país que puede llegar a ser difícil de entender en muchos aspectos, y desde que estoy aquí viviendo he tenido que enfrentarme muchas veces a la típica batería de preguntas por parte de personas cercanas sobre idioma, regiones, gobierno… Lo bueno es que, en Bruselas, podemos visitar un museo que trata de resolver estas cuestiones para todo aquel que lo necesite. Se trata del BELvue Museum, del que te voy a hablar en este post.
Quizás lo mejor que tiene el museo es su localización, pues se sitúa en pleno corazón de Bruselas, en el lateral derecho del Palacio Real. Aquí se encontraba antiguamente el hotel Bellevue, en cuyas preciosas salas se sitúa ahora el museo. Además, las vistas que se ven desde algunas de sus ventanas merecen ser muchísimo la pena.
El museo se divide en varias salas, y cada una trata el tema principal desde una perspectiva diferente. La primera habla un poco sobre los principios de la nación belga. Se cuenta cómo se logró la independencia del país, cómo se establecieron tanto la monarquía como la democracia, y, a su vez, cómo esta ha ido desarrollándose a lo largo de los años hasta convertirse en lo que es ahora.
La segunda trata el tema de la economía y de la industria, en la que el país siempre ha estado muy avanzado, mientras que, en la tercera, se muestra cómo los belgas supieron mantenerse unidos en los malos tiempos, ya fuese durante crisis económicas o durante sendas invasiones alemanas en las dos guerras mundiales.
La cuarta sala habla sobre el pluralismo. Y es que, si algo tiene Bélgica de característico, es su variedad, tanto de religión, como de culturas o lenguas. Para mí, eso es lo que la hace tan especial. La siguiente sala, por ejemplo, nos habla de cómo se llevó a cabo todo el proceso político por el que el país pasó a ser un estado federal: desde el rechazo de los flamencos a la imposición del francés como lengua oficial, hasta las últimas reformas en los últimos años.
Por último, el museo trata de reflejar la posición de Bélgica dentro de una Europa unida, cimentada en Bruselas, una de las capitales de la Unión Europea. Además, también se habla de la inmigración y de los belgas que podemos encontrar por todo el mundo (por ejemplo, hay más de 10 ciudades y pueblos entre EEUU y Canadá que fueron fundados por colonias de emigrantes belgas y que reciben nombres de ciudades del país), así como de la gente de diferentes países que han elegido Bélgica como su hogar tras abandonar sus países de origen.
En conclusión, hablamos de un museo muy completo y curioso, con una gran cantidad de juegos y pantallas interactivas con las que podrás conocer de manera muy divertida un poco más de este país tan maravilloso que se basa en la convivencia y en el respeto. Puedes encontrar más información aquí.
¡Nos vamos viendo!
Jose
¡Qué ilusión me hace estar escribiendo por fin estas palabras! A partir de este mes de febrero empiezo como corresponsal de Erasmus en Flandes y tengo muchas ganas de enseñaros mi trabajo. Recoger el testigo de Yolanda en cuanto al tema de Patrimonio es todo un honor.
Antes de nada, me presento. Me llamo José Manuel Ortega y tengo 20 años. Nací en Granada, pero he vivido toda mi vida en La Línea de la Concepción, un pueblo de Cádiz. Estudio Traducción e Interpretación en la Universidad de Granada y, actualmente, estoy realizando un intercambio Erasmus en Bruselas de curso completo.