Hallo allemaal!
Hoy vengo a hablaros sobre un lugar poco conocido que se encuentra en Roeselare, Flandes occidental, entre Brujas y Kortrijk. Bergmolenbos es un bosque lleno de diversas flores y distintos animales, pero, escondidos entre sus senderos hay un par de esculturas de madera en homenaje a dos cuentos de hadas que ocurrieron en el mismo.
EL SOMBRERO MÁGICO
Llego la era moderna, donde el hombre destruyó todo con las máquinas. Ya no creían en nada más que en el dinero y en sus propios placeres. Sin tiempo para sentimentalismos, nadie creería en los gnomos que vivían en los Sterrebos. Aquellos gnomos cargaban con un gran pesar en el corazón por lo que la gente hacía con el bosque que tanto habían cuidado y preservado durante siglos. Al sonido de las motosierras, los gnomos se marcharon a toda prisa, mientras aquellos rudos pisoteaban sus setas. De la habitación más alta de la torre salió el rey gnomo tan ansioso como su pueblo olvidando su sombrero. Y así el sombrero quedó allí abandonado, solo y olvidado por todos, en un castillo que permanecería vacío por muchos años.
Un día, apareció por el castillo una pareja tranquila y encantadora, acompañados de su dulce y hermosa hija. Hermientje era su nombre. Tenía el cabello castaño y unos hermosos ojos azules de mirada suave. Todo el mundo estaba cautivado por su encanto y así la niña conseguía todos los muñecos que deseaba.
Con el pasar de los días llegó su cumpleaños y unos amigos vinieron a visitarla. Entre risas y juegos, los niños se dirigieron al gran ático del castillo. Jugando al escondite, Hermientje terminó en la habitación más alta de la torre. Al llegar, los rayos del sol iluminaban través de la ventana un polvoriento sombrero. «¿Qué trapo tan sucio es este?» pensó la niña mientras lo sacudía. Una humareda de polvo reveló un hermoso y brillante sombrero. Encantada con su hallazgo, se lo llevó. Tras un día lleno de emociones durmió profundamente, abrazada a su muñeca favorita, quien ahora lucía el bonito sombrero.
Los cascabeles del sombrero comenzaron a sonar. Todos sus muñecos cobraron vida, saliendo en una larga procesión por su ventana hacia el bosque. Desyerbaron y plantaron, cosecharon y sembraron. Recogieron comida para los animales y ayudaron a hacer nidos. Trabajaron diligentemente hasta las primeras luces del amanecer. Tuvo un bonito sueño.
Cuando Hermientje se despertó por la mañana, todas las muñecas estaban en sus lugares. Su muñeca favorita seguía entre sus brazos, todavía tenía el sombrero puesto.
Desde entonces, la niña durmió apaciblemente al son de los cascabeles, soñando con el bosque. se encuentra en buenas condiciones.
LA REINA ONCE
En la silla del jardín, con el sombrero de paja en la nariz y el periódico en el regazo se encontraba durmiendo el abuelo de Marie, mientras ella jugaba con su castillo de hadas. De repente le pareció ver a su muñeco elfo favorito haciéndole señas. Se acercó a este y pudo escuchar una débil vocecita que le pedía ayuda. » ¿ Qué puedo hacer? ”, preguntó María. El elfo ordenó levantarlo y soplar muy suavemente sus alas. Al hacerlo una nube de polvo de estrellas dorado se extendió por el aire y cayó sobre Marie. Inmediatamente, Marie comenzó a encogerse hasta quedar tan pequeña como sus muñecos. Todos los elfos comenzaron a moverse y ella pudo escucharlos y entenderlos a todos. Había ocurrido un gran desastre en el reino de las hadas, la reina elfa había sido secuestrada y todo el reino estaba en pánico.
Ahora que era tan pequeña, el jardín parecía una enorme jungla con enormes arbustos y árboles muy altos. ¿Cómo podría encontrar en él un rastro de la reina o de su captor? Mientras empezaba a buscar, un conejito se acercó y le dijo que podía ayudarla. “¡Pero puedes hablar! ”, María se sorprendió. «Por supuesto que puedo.» dijo el conejo. “ El hechizo te permite entenderme. Súbete a mi espalda y buscaremos juntos todo el jardín.”. Sentada sobre el lomo del conejo, cruzaron el jardín saltando, buscando por todas partes. «Así no llegaremos a ningún lado «. Marie pensó: » Necesitamos ayuda y conozco a alguien que puede ayudarnos: Dorien, el hada del pueblo. Pero ¿cómo puedo comunicarme con ella?»
Mientras tanto, otros habitantes del jardín, como los gorriones, los ratones de campo, el topo y los mirlos, habían venido para escuchar lo que estaba sucediendo y lo que aquella niña humana había venido a buscar. Cuando el señor Merel escuchó cuál era el problema, silbó una melodía y dijo: “ Sube a mi espalda. Te llevaré a la torre de la iglesia de San Miguel. Al hada. ”.
Dicho y hecho. Marie subió al lomo del mirlo. Volaron alto, alrededor de la casa de los abuelos. Al aterrizar en su destino, el mirlo comenzó a silbar. Al escuchar tal hermosa melodía, la puerta se abrió dejando ver a la curiosa y hermosa hada.
Tras explicarle lo ocurrido el hada preguntó: “¿Cómo iba vestida la reina? ”. “Con su hermoso manto azul y su diadema con el gran diamante en la cabeza. » dijo María. “¡ Ajá! ”, dijo el hada. “¡ Entonces sé quién es el secuestrador! ¿Quién es conocido como el ladrón de todo lo que brilla y centellea? ”. “¡La urraca! ”, gritó el señor Merel. Y así pusieron rumbo.
Así comenzaron su aventura de rescate. Desde el cielo avistaron a la urraca estaba sentada en su nido, protegiendo a su presa. “Escucha”, dijo el hada, “ lo atraeré con brillantina y brillo para que puedas llegar al nido y liberar a la reina. ”.
Dicho y hecho. El hada hizo brillar y brillar su varita en el rincón más alejado del Geitepark, y la urraca, codiciosa y codiciosa como era, salió volando para robar aquella cosa centelleante y llevársela a su nido. Pero el hada fue más rápida y le lanzó un hechizo a la urraca, quedando inmovilizada. Mientras tanto, el señor Merel y Marie volaron hasta el nido donde estaba la reina asustada y sollozando, atada en un rincón. La liberaron y volaron de vuelta para reunir de nuevo a la reina con el rey y su pueblo.
Al llegar se encontraron con una fiesta en el castillo de las hadas que habían organizado en modo de agradecimiento. Pero Marie tuvo aún más suerte, recibiendo un beso de agradecimiento de su elfo favorito y en un instante volvió a su tamaño normal.
El abuelo se despertó de su siesta, Marie seguía jugando con el castillo de hadas con una inmensa sonrisa de felicidad. Y mientras tanto un hada observaba desde su torre, todo estaba bien.
Espero que os hayan gustado los cuentos.
Tot snel!
Me llamo Susana, tengo 21 años y estudio el grado de Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla.
Hasta aquí sería mi presentación habitual, pero este curso 2023-2024 es especial, ya que me encuentro viviendo en Lovaina como estudiante Erasmus en la Facultad de Letras de la KU Leuven. Además, tengo la suerte de poder formar parte de este blog, como corresponsal, cubriendo la sección de Naturaleza, Parques y Cicloturismo durante el segundo semestre.
Aquí tengo la oportunidad de unir dos de mis aficiones: escribir y el deporte en la naturaleza, aunque también disfruto de la lectura y la música, toco varios instrumentos y me apunto a cualquier concierto.
¡Espero que disfrutéis con todas las experiencias que comparta!