Durante los fines de semana de este mes de octubre se ha realizado la octava edición de “Biennale Art nouveau et Art Déco”. Más de veinte lugares por semana abrieron sus puertas en Bruselas para poder explorar su arquitectura Art Nouveau y Art Déco.
Aunque haya edificios típicos de estas corrientes que en cualquier momento se pueden apreciar desde fuera, el evento Biennale abrió al público edificios que normalmente no lo están, ofreciendo la oportunidad de conocer más sobre este patrimonio entre los centenares de edificios de esa época que están protegidos.
Ambas corrientes arquitectónicas de finales del siglo XIX y principios del XX han tenido gran reconocimiento y fama en Bégica. Estamos en el corazón de este arte. La primera construcción de Art Nouveau se encuentra en Bruselas realizada por Victor Horta en 1893, la Maison Tassel. ¡Así que este evento era la gran oportunidad para empaparse de la arquitectura de la ciudad!
Estos movimientos nacieron a raíz de los cambios y los progresos técnicos, y la expansión económica provocados por la Revolución Industrial que produjo un crecimiento demográfico en la capital belga. A la vez, las artes, letras y ciencias tuvieron un gran esplendor impulsando el nacimiento de una nueva expresión arquitectónica adaptándose al concepto de la sociedad del momento.
Arquitectos como Victor Horta, Paul Hankar, Paul Cauchie, Ernest Blérot y Henry van de Velde resaltaron en el Art Noveau. Este nuevo estilo ya no imitaba el pasado, sino que se proyectaba en el futuro usando materiales como el hierro, el cristal, el acero o materiales exóticos. Además no es un movimiento exclusivamente arquitectónico, sino que también influyó en decoración, joyería o moda.
En España esta corriente la denominamos “modernismo”. Es arte burgués que utiliza formas blandas, redondeadas y asimétricas. La ondulación de los tejados y las fachadas es habitual. Se inspira en la naturaleza y en la ornamentación de plantas, flores, mosaicos y el uso de grades vidrieras.
Al fin de la primera guerra mundial se dio paso el Art Déco que evocó la reaparición de la técnica: de la geometría, formas fraccionadas, bloques cubistas, rectángulos, el orden, la simetría. Éste tuvo auge entre 1920 y 1939, con influencia de corrientes artísticas como el cubismo o el futurismo, junto a las innovaciones en la maquinaria y los rascacielos del momento.
Un ejemplo, es el Palais de la Folle Chanson, de Antoine Courtens construido en 1928, que visité durante la exposición. Es un complejo que se diseñó para la burguesía. En la entrada se encuentra un amplio hall, pavimento de mármol policromado; doble hilera de cajas de luz con pilares de cobre y vidrio esmerilado blanco. Desde el hall se llega a la escalera forjada por una barandilla de hierro monumental sobre motivos Art Déco. En el último piso encontramos una cúpula con trazados geométricos y marcados típicos de esta corriente.