Este no será el primer artículo donde os hablo de cultura, ni de parques… pero sí la primera vez que vemos cómo se pueden fusionar estos conceptos en Bruselas. Muy cerca de Rogier y el distrito financiero al Norte de la ciudad, encontramos este lugar. Cultura en un invernadero… Botanique.
Situado en la Rue Royale, se llega fácilmente a este pequeño y peculiar espacio verde gracias a las líneas 2 y 6 de metro. La parada lleva su mismo nombre (Botanique/Kruidtuin). ¿Qué es? ¿Qué ha sido?
¿Un invernadero más?
El arquitecto se basó en la estructura de un típico invernadero de naranjas para crear este edificio, que en principio albergaría las colecciones de un antiguo jardín botánico. Aunque no resulta tan impresionante como los Invernaderos Reales de Laeken, su diseño neoclásico merece cierta atención también.
En septiembre de 1829, abre sus puertas. Las jornadas de inauguración resultan un acontecimiento en la ciudad y, gracias a la prensa, también fuera de Bruselas. Durante 3 días seguidos, se lanzan castillos artificiales, se organiza un festival campestre y un banquete lujoso y abundante. Hay que recordar que en aquella época, viajar solo estaba al alcance de las clases más privilegiadas, y los jardín botánicos, zoológicos y similares permitían a un público más grande ver con sus propios ojos la flora y fauna de otras latitudes que probablemente nunca podrían visitar.
De las plantas exóticas a las endibias
Sin embargo, los años de plantas exóticas duraron poco. Problemas financieros y de conservación hicieron que el invernadero se reorientara hacia el cultivo de vegetales locales en el sótano. En la sala de la Orangerie, se organizaba un mercado de plantas para recaudar fondos. Aquí, de hecho, empieza la historia y la popularidad de las endibias de Bruselas, protagonistas del plato chicons au gratin.
Además, la administración tuvo que vender una gran parcela, que se destinó a construir la estación del Norte y la plaza de Rogier. Por si esto no fuera poco, el Parque Leopold se adueñó del poco protagonismo que le quedaba a Botanique, gracias a su zoo e invernaderos.
El nuevo lugar de moda para la burguesía
Por suerte, su trágico destino dio un giro inesperado, cuando el Estado recompró el lugar en 1870 para reconvertirlo. Añadieron fuentes, iluminación eléctrica y esculturas para embellecer el parque. Los habitantes burgueses de Bruselas volvieron a pasearse por aquí, y volvieron a cogerle cariño gracias a sus eventos (conciertos, festividades nacionales, ¡hasta expediciones en globo!).
La guerra, y nuevas obras amenazaron de nuevo con destruir su periodo dorado. Aun así, se volvió a salvar.
Conciertos, arte y fotografía: cultura en un invernadero
Desde 1984, funciona en realidad como un museo y punto de encuentro donde se exponen obras contemporáneas de todo tipo (sobre todo música, artes visuales y plásticas) y se celebran festivales como las “Noches del Botánico”. La próxima edición empieza en abril de 2022 y ya se han desvelado incluso algunos nombres, así que estad atentos.
Los conciertos y exposiciones fotográficas forman parte del día a día del centro cultural. No dudéis en echarles un vistazo a los próximos eventos…
¡Nos leemos pronto!
Me presento, me llamo Julio Yustas, tengo 23 años y voy a ser parte del equipo de corresponsales que, durante el próximo semestre, va a intentar que disfrutéis de Flandes al menos tanto como nosotros.
Vengo de Valencia, donde estudio el Máster de Ingeniería Industrial en la Universitat Politècnica de València. Durante los dos próximos años, disfrutaré de Bruselas gracias a un acuerdo de doble titulación por el que estudiaré el Máster en Ingeniería Electromecánica en la Université Libre de Bruxelles (ULB).
Me considero una persona bastante proactiva y es difícil que no me encontréis embarcado en alguno de mis múltiples proyectos. Mi tiempo libre lo dedico principalmente a pasar tiempo con mis amigos, viajar, la fotografía y la cocina.