Su plaza
Jan Van Eyckplein, la plaza situada al norte de la Grote Mark, a la cual se puede acceder subiendo por Vlaminstrag y girando a la derecha al llegar a Academiestraat. Fue creada en memoria del gran maestro flamenco Jan Van Eyck, que a pesar de no nacer en la ciudad, vivió allí durante muchos años, hasta que falleció en 1441. En su casa/taller ubicada a pocos metros de la plaza, creó varias de sus más grandes y conocidas obras. Como la que os expliqué en profundidad hace un par de meses en este post sobre «El matrimonio Arnolfini».
La plaza se encuentra rodeada por preciosos edificios, cuyas fachadas hacen honor al característico estilo arquitectónico medieval de la ciudad antigua de Brujas. En el centro, se alza una gran estatua de cobre, sobre la cual se ha creado una patina de color azul verdoso, debido al proceso de corrosión espontáneo que sufre este material. Fue esculpida por Hendrik Pickery, en el S. XIX. Antiguamente en la plaza se alzaba una estatua del pintor tallada en mármol, la cual ahora se encuentra protegida dentro del patio de la Academia.
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La estatua representa al gran artista, con su famoso turbante que a día de hoy conocemos por uno de sus pocos autoretratos, con un cuadro en una mano y sujetando un pincel en la otra, mira hacia la plaza dejando detrás suyo el inicio del precioso canal Spiegelrei.
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El canal
Este era el principal muelle, desde el cual zarpaban los barcos que partían hacia al mar. Estos pasaban a través del cercano pueblo de Damme. Brujas, como ya sabemos, era el foco del comercio de la Época Medieval. La ciudad era todo un centro burgués y financiero. Por ejemplo, allí mismo en la plaza se encontraba la famosa aduana, donde se cobraban los peajes de entrada a la ciudad, en el edificio Tolhuis. Justo en frente, se hallaba el escenario en el cual los comerciantes extranjeros presentaban sus mercancías a los habitantes locales.
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Mi nombre es Luna, tengo 20 años y vivo en Madrid. En general soy una apasionada de la vida, de los viajes, el arte, la música, el baile, el surf, el mar, la escalada… todo lo que suponga una aventura para mí siempre será un SÍ.
Este semestre mi aventura comienza fuerte: me he mudado a Brujas ¡La ciudad de ensueño! Y aunque apenas lleve aquí una semana, os puedo asegurar que así es. Todas las calles están bañadas de un aura especial, casi mágica.
Recuerdo una de las primeras noches aquí, entre las vacaciones y la lluvia las calles estaban vacías. Paseando a la luz de las farolas, sentí como si me transportara a otra era… Los suelos empedrados, el musgo creciendo por las paredes de una gran iglesia gótica, cuyas vidrieras relucían con luz propia. Todo parecía salido de un precioso y enigmático cuento medieval.