¡Buenos días! Hoy vengo a hablaros de una de las ciudades más mágicas de todo el territorio flamenco: Brujas.
Esta ciudad se encuentra en el Flandes Occidental y no necesita ni presentación ya que es probablemente una de las ciudades más turísticas del país. No es para menos, es un lugar único cuya historia le hace tan grande que la propia UNESCO ha reconocido como Patrimonio de la Humanidad.
Podría hablar de los canales de Brujas, del encanto de cruzar los puentes que parecen detenidos en el tiempo, podría mencionar los rincones secretos tan maravillosos que vas conociendo a medida que te vas perdiendo por la ciudad e, incluso, podría decir que lo más mágico de este lugar es admirarlo a través del agua.
Pero me gustaría hacer hincapié en un tema que sorprende muchísimo al visitar este lugar tan idílico: es, literalmente, el paraíso del chocolate. Curiosamente esta relación tan fuerte con el chocolate fue culpa de los españoles, que en el siglo XVI trajeron el cacao comenzando así una historia que ha llevado a esta ciudad a ser la capital del chocolate.
Los maestros chocolateros belgas continúan utilizando una receta clásica compuesta por ingredientes naturales y manteca de cacao, que no se sustituye por grasas vegetales, siendo esto la principal diferencia entre la producción artesanal y la industrial. Aproximadamente hay más de 50 maestros chocolateros en brujas que permanentemente se reinventan para sacar nuevos productos.
Una de las tiendas de chocolate más fantásticas de Brujas es The Chocolate Line, en la plaza Simon Stevin (Simon Stevinplein). La tienda fue abierta en 1992 y está especializada en bombones de sabores muy peculiares como el Tequila, que es un bombón con un poquito de sal y un cuentagotas con tequila. Está abierta todos los días hasta las 18:30.
En definitiva, el chocolate aquí es una pasión y, si lo probáis, vuestro paladar os lo agradecerá. Recomiendo encarecidamente hacer una ruta chocolatera por Brujas, porque realmente, como ya dije en anteriores posts, la calidad del chocolate es sorprendente.
Os dejo un vídeo de mi excursión a esta ciudad tan peculiar y encantadora.
¡Espero que os guste! Si tenéis cualquier duda podéis comentárnosla en nuestras redes sociales con el hashtag #ErasmusAmberes.
¡Nos vemos!
¡Hola a todas y todos! Soy Abel Corsino, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense de Madrid y durante los próximos meses vamos a vivir juntos la maravillosa experiencia de adentrarnos en la cultura flamenca. Pretendo mostrar las fascinantes calles por las que paseaban los maestros flamencos y todo su legado, conquistar vuestro paladar con la gastronomía belga, enseñaros los paisajes más recónditos de Limburgo y que os enamoréis, como yo, de cada rincón de esta región.
Me faltan unos días para comenzar esta aventura. Mi primera parada será la ciudad que me acogerá durante estos cinco meses: Hasselt, en Limburgo. Tengo muchísimo cariño a esta provincia porque será en la que pase el mayor tiempo de mi Erasmus y siento que tiene un millón de sitios que merece la pena explorar, pero no me olvidaré de que Amberes tiene maravillas arquitectónicas y de la gran relación que tiene esta ciudad con el arte.
En cuanto a mí, para que me conozcáis un poco más, os puedo decir que soy muy cinéfilo, me encanta perderme por cualquier sitio y soy adicto al hummus. Lo del hummus parece irrelevante, pero de verdad que no puedo subsistir sin hummus. Si queréis saber cómo empezó todo esto y cómo este servidor os está revelando su adicción al hummus, os dejo mi vídeo candidatura para ser Corresponsal Erasmus. Espero que os guste el vídeo y que estéis tan entusiasmados como yo por descubrir Flandes