Una ciudad de lo más peculiar
¡Buenas tardes a todos! Espero que estéis teniendo buena semana, ya queda menos para terminar el mes así que último esfuerzo de Octubre y… ¡A cuidarse amigos!
No me quería poner yo melodramática pero, creo que para que entendáis bien lo que os vengo a contar hoy, no me va a quedar otra alternativa. Veréis, siempre he pensado que hay momentos en tu vida que marcan un antes y un después, como por ejemplo el minuto de oro en que conociste a la persona que hoy día casi forma parte de tu familia, o el día que te premiaron en el colegio por haber expuesto el dibujo más exitoso de toda la clase, y que probablemente, te haya impulsado a descubrir el maravilloso mundo del arte.
Creo, en cierta medida, que el viaje a Brujas ha sido uno de esos momentos. No quiero desvelaros ninguno de los secretos (O no tanto) que esconde la ciudad, pero si os diré que, y suena bastante redundante, Brujas tiene una magia especial. No demorarás más que una tarde en caminar de una punta a otra de la metrópoli, aunque el paseo que nace desde la estación de trenes es muy bonito para hacerlo despacio mientras disfrutas de unas cervezas con sabor afrutado o un gofre con chocolate caliente.
Me ha recordado muchísimo a la pequeña Gante, de la que ya os hablé hace unos días. Igual de ensimismada que aquella vez. Repleta de canales y vegetación, un estilo medieval que a todos nos deja con la boca abierta, las plazas de colores con sus fachadas gremiales, terracitas que, desgraciadamente, no podemos experimentar por la situación que vivimos, y mil y una historietas.
Aquí os dejo un breve video para que os hagáis una leve idea, no pienso destaparlos la sorpresa, solo recomendados encarecidamente visitarla con las expectativas tan altas como queráis, porque siempre se supera.
Mi nombre es Eva Herrero y soy la nueva corresponsal Erasmus para las ciudades de Amberes y Lovaina. ¡Estudio cuarto de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad de Salamanca y estoy muy contenta de poder compartir de hoy en adelante todas mis experiencias con vosotros!
Solo llevo aquí un día, pero me ha bastado para comprender que Bélgica es el país de las bicicletas, la ciudad está repleta de ciclistas y las calles están perfectamente acondicionadas, aunque el caos entre transeúntes a veces resulte inevitable.