¡Buenos días erasmus!
Este es mi último post sobre arte… y para acabar de la mejor de las maneras os hablaré de la colección Old Masters de los Museos Reales de Bellas Artes de Bruselas.
Como ya os expliqué, estos Museos los conforman un amplio conjunto de colecciones de arte muy distintas. La colección de Old Masters alberga obras desde los siglos XV al XVIII: su atractivo se conforma por la colección de pinturas de los maestros flamencos -entre los cuales destaca Pieter Brueghel el Viejo- aunque ofrece otros espacios como la sala dedicada a Rubens y joyas como La Muerte de Marat de Jacques-Louis David.
Mientras paseaba por las distintas salas y transcurrían prácticamente dos horas y media -la colección es muy extensa- me di cuenta de que mi recorrido, marcado por las obras de Brueghel y los primitivos flamencos, estaba llena de humor, sátira e ironía.
Brueghel: entre broma y broma la sátira asoma
¿Cuántos personajes pondríamos en un retrato del siglo XXI? ¿A quién representaríamos? ¿O qué? Si nos piden representar nuestro siglo, o un año como el 2020, seguramente sería difícil empezar: tendríamos que decidir si representamos nuestro país, el de al lado, los de más allá; la gente más cercana, los conflictos políticos, la emergencia climática… o podríamos hablar del carácter de las personas que conocemos, o el de las personas, en general. El siglo XVI era igual de rico, fascinante y tumultuoso y tuvo un gran observador que nos permite hoy en día hacernos una idea de cómo era la vida entonces. Hablamos de Brueghel el Viejo, uno de los pintores que podemos conocer mejor con nuestra visita.
En el inicio del recorrido encontraremos la Bruegel Box, una instalación digital que introduce al visitante cinco grandes piezas del pintor. Aquí, por ejemplo podéis observar el (1566). Con este recurso podemos gozar mucho más de la exposición pues se nos dan algunas claves para interpretar sus cuadros. ¡Cuando hagáis la visita no os lo perdáis!
Los cuadros de Brueghel, como es el caso de La Caída de los Ángeles Rebeldes, a menudo causan sensación de confusión, caos y sinsentido. Entre los montones de figuras entrelazadas y caricaturizadas, el caos se transforma en sátira. Dibujar figuras semihumanoides tirándose pedos y mordiendo los brazos de unos caballeros deformes apenas vestidos es también una forma de satirizar con los personajes y la moral de cada uno de los miembros de la sociedad del momento. La sátira con lo gracioso es algo característico de las pinturas de Brueghel, que de hecho fue apodado en su momento «Pierre le Drôle», Pedro el Gracioso. De todos modos, esta forma de retratar el mundo lo que realmente incita es una lectura bajo una mirada crítica de lo representado.
Jan Steen: entre lo doméstico y lo moral
Como os decía, las galerías del Museo dan para mucho: cada uno puede centrarse en aquellas obras, géneros o autores que más le fascinen… personalmente además de Brueghel me fijé en Jan Steen. Este fue un pintor muy importante durante el siglo de oro holandés: aunque con una pincelada y género totalmente diferentes a Brueghel, algunas de las obras que vemos expuestas en la colección nos permiten trazar una línea entre ambos con cuadros como por ejemplo La Propuesta Amorosa o Los retóricos – «In liefde vrij».
Ambos cuadros tienen lugar en lugares de la vida cotidiana, en concreto uno en especial, la taberna. En Los Retóricos, mientras un personaje se dirige a una multitud en el exterior, una pareja baila. En la Propuesta Amorosa, un personaje le ofrece un pescado -no un anillo- mientras alrededor la atmosfera se impregna, de nuevo, con los efectos de lo confuso de los efectos del alcohol y el desenfreno. Steen se le conoció como «El doméstico» porque su pintura de género se centraba en estas capturas de la realidad cotidiana, idealizada o no; moral o no.
Espero que este último post dedicado a la pintura os sirva para preparar vuestra visita a la colección. Como yo, seguro que vosotros encontraréis vuestro propio hilo conductor en ella.
¡Doei Erasmus!