Julio Cortázar nace en la comuna de Ixelles el 26 de agosto de 1914, día del primer bombardeo alemán sobre la ciudad. Así lo relata en una carta enviada desde París en 1963: “Nací en Bruselas en agosto de 1914. Signo astrológico, Virgo; por consiguiente, asténico, tendencias intelectuales, mi planeta es Mercurio y mi color el gris (aunque en realidad me gusta el verde). Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia; a mi padre lo incorporaron a una misión comercial cerca de la legación argentina en Bélgica, y como acaba de casarse se llevó a mi madre a Bruselas. Me tocó nacer en los días de la ocupación de Bruselas por los alemanes, a comienzos de la primera guerra mundial. Tenía casi cuatro años cuando mi familia pudo volver a la Argentina; hablaba sobre todo francés y de él me quedó la manera de pronunciar la «r» que nunca pude quitarme.”
La obra de Cortázar es extremadamente prolífica, casi toda ella ubicada en el género fantástico -a falta, muchas veces, de un catálogo mayor-. Siempre latente en él una infancia belgo-argentina, de “una tristeza frecuente, asma, brazos rotos, primeros amores desesperados”, escribirá textos organizados en torno a viajes, pasajes fantásticos -temporales y físicos- entre dos puntos. Con un lenguaje rítmico, Cortázar reformó el origen del cuento, reconstruyendo lo oral.
“Yo siempre vi el mundo de una manera distinta, sentí siempre, que entre dos cosas que parecen perfectamente delimitadas y separadas hay intersticios por los cuales, para mí al menos, pasaba, se colocaba, un elemento que no podía explicarse con leyes, que no podía explicarse con lógica, que no podía explicarse con la inteligencia razonante.”
El escritor vivió en Argentina hasta la década de los cincuenta, época en que se estableció en París. Comprometido con la política y los derechos humanos, aún desde Francia vivirá vigilando qué pasa al otro lado del océano, siendo tanto su obra como su personaje una molestia sistemática para el peronismo. Muere en 1984, en París y es enterrado en el cementerio de Montparnasse.
No es hasta veinte años después que dos de los puntos opuestos de su vida -tanto en lo geográfico como en lo personal-, Bruselas y Buenos Aires, cierran la esfera con una iniciativa de Argentina. Desde 2005 se puede visitar en la comuna de Ixelles, frente a la casa donde nació, una estatua en bronce al escritor, obra del porteño Edmund Valladares.
Julio Cortàzar
écrivain argentin
Ixelles 1914 – Paris 1984
Oeuvre de l’artiste argentin Edmund Valladares
réalisée sous les auspices de l’UNESCO
offerte à la Commune d’Ixelles par
l’Institut National du Cinéma et des Arts Audiovisuels
de la République Argentine
et l’Ambassade de la République Argentine
près le Royaume de Belgique
Mai 2005