Si estás harto de los madrugones para poder ir al mercado, Châtelain es tu sitio. Es un mercadillo vespertino ubicado cerca de la avenida Louise, en la plaza Châtelain. Se puede llegar con el Tram 94, 81 y 83 y con el bus Troon/Trone. Lo empiezan a colocar a las 12 y lo empiezan a desmontar sobre las 8…¿lo mejor de todo? el ambiente.Lo que yo entendía como mercadillo era lo que siempre había visto en Valencia: puestos de ropa, de zapatos, de telas, de mantelería, bolsos, bisutería, cosméticos, accesorios…pero cuando vi los belgas, el concepto que tenía de mercado ambulante chocó totalmente con la realidad de este país. Bélgica tiene una gran tradición por los mercadillos, tiene el más largo de europa ( el de la Batte,Lieja), y el segundo más grande de Europa (el mercado de midi de Bruselas), además de que en navidad no te puedes perder las auténticas ciudades navideñas que organizan en las plazas. Pero, ¿Cómo es un mercado aquí?
Aquí lo mezclan todo: puestos de fruta, carnicerías, charcuterías, cremerías, puestos de pan, puestecitos de ropa, de electrodomésticos, de accesorios, de bolsos y maletas…un sinfín. Además hay puestos de comida para llevar y mesitas para que te lo comas en el sitio tranquilamente. Por si fuera poco puedes irte comida de allí gratuitamente por las muestras que te dan: que si piña, que si melón, que si aceitito con pan, que si olivitas, que si queso italiano…¡una delicia!
Los mercaditos son multitudinarios y acogen a gran cantidad de visitantes y curiosos ya que los precios son mucho más inferiores que los de los supermercados (y la calidad superior). ¡Eso sí! No son tan escandalosos como los de España…aquí chillan los precios, pero con moderación.
El mercado de Châtelain, más que un mercado, es una excusa para reunirse tras el trabajo con los amigos, cenar (porque aquí se cena pronto), tomar una copa de vino y, de paso, comprar algo. Son más bien productos “exquisitos”, aunque no excesivamente caros: Pan bio, olivas, aceite de creta, charcuterías italianas (porque en Bélgica hay casi más disponibilidad de comida italiana que autóctona), algunos puestos de productos turcos… Todo muy “chic” sin dejar de tener la esencia de mercadillo. Además está en una zona muy concurrida y con mucha gente…¡Española también!