En el anterior post acerca de Sainte Catherine os enseñábamos algunos sitios para comer, pero para que no os diese el atracón aquí está la segunda entrega. Es nuestro barrio de marcha favorito pero contiene mucho más que eso, como heladerías con ofertas de sabores raros o clubs de rock famosos:
1. El Chicago Eet Café en rue de Flandre 45
Cafetería que resalta por sus dulces caseros, sus ofertas en meriendas (pastel + bebida caliente cinco euros), y en general por su carta (aquí la dejo) bastante sencilla y a la vez completa: desde desayunos, en su modalidad copiosa o frugal, hasta platos vegetarianos, hamburguesas, platos de pasta, croque monsieurs, quesadillas, etc. Mantienen igualmente la filosofía de los productos locales y las raíces belgas.
El sitio es muy amplio pero no lo veréis llenísimo nunca. Más que un restaurante de gran afluencia es una cafetería bastante tranquila donde la gente va a leer el periódico o a trabajar en el ordenador:
2. Heladería Comus & Gasterea en Quai aux Briques 86
Todos albergamos la esperanza de que vuelva el calor antes de julio así que esta es vuestra dirección desde que vuelva el primer rayo de sol a la ciudad. Lo que tiene de particular esta heladería es que los helados son caseros y tienen los sabores más raros del mundo: zanahoria, aceite de oliva, caviar, berenjena o albahaca son algunos de ellos. Si sois más clásicos, no hay problema, los tradicionales chocolate, vainilla, frambuesa, speculoos, pistacho y un largo etcétera también se encuentran en su oferta. Eso sí aprovechad cuando abran, al ser caseros la heladería cierra cuando se quedan sin existencias. Y comprobad sus horarios antes de ir, que son un poco especiales (a veces abren de 11 a 18 o de 9 a 11). Por último sus precios son otro aliciente para acercarse hasta aquí (1,50-2,00 euros).
3. Madame Moustache en el Quai au Bois à Brûler nº5-7
El famoso club de conciertos que abre hasta las cuatro de la mañana y en el que se organizan cieeeentos de eventos está también en Sainte Catherine. A veces hay noches gratis para las chicas aunque normalmente las entradas para los conciertos rondan entre los ocho y diez euros. La música suele ser rock o alternativa (que si electrónico post-punk, new wave…) y los camareros se disfrazan en las noches temáticas. En todo caso siempre hay mucho ambiente y es un sitio por el que pasarse a tomar una copa (y a hacerse una foto en su fotomatón.