Bruselas es enorme, eso que os quede claro. Son varias ciudades unidas las que forman la Región, pero la principal, la Villa de Bruselas, es para dedicarle varios días. Pero como entiendo que muchas veces no hay tanto tiempo para invertirlo en una ciudad (y más si quieres ver el resto de ciudades flamencas, que merecen lo suyo), os dejo diez cositas que hay que hacer en Bruselas y que puedes hacerlas en un solo paseo diario. ¿Empezamos?
1. Ir a la Grand Place
La más básica: bajas del tren en la Estación Central, cruzas el arco del hotel Hilton, pasas por delante de las Galerías Reales y ya estás en una de las plazas más emblemáticas de Europa, la Grand Place de Bruselas. Ahí verás el Ayuntamiento de la ciudad, la casa de los Duques de Brabante y la Casa del Rey. Además, en verano hay numerosas actividades que puedes hacer en el lugar, ya que es el centro neurálgico de la ciudad. Y es preciosa.
2. Ver el Manneken Pis
El símbolo de Bruselas por excelencia (junto a la Grand Place y el Atomium), esta estatua es uno de los monumentos más visitados de la ciudad. No es muy alta (mide solo 61 centímetros) y, además, solo la podemos ver tras una valla por culpa de unos vándalos que la robaron allá por 1960, pero es un lugar al que se acerca mucha gente. Además, tener una foto con los amigos allí siempre está bien.
3. Comer un gofre (waffel)
No nos alejamos mucho del Mannekken Pis porque justo enfrente podemos degustar una de las delicias belgas: los gofres (waffels). Están deliciosos y no son caros, con lo que podéis comer hasta hartaros. Eso sí, nos queda todavía mucho día por delante y son pesados de digerir, así que intentad llegar al siguiente punto.
4. El Palacio Real
Os decía lo de no sobrepasaros con los gofres, porque ahora vamos cuesta arriba. Nos dirigimos al Palacio Real de Bruselas, un bello edificio que tiene enfrente un no menos bello parque, donde podéis encontrar muchas personas haciendo deporte. Es realmente precioso el edificio de los reyes de Bélgica, pero además este verano podremos visitarlo por dentro en cuanto los reyes se vayan a su retiro veraniego. Seguid atentos al blog y os contaré la experiencia.
5. El Parlamento Europeo
No podemos dejarnos en nuestra visita a las instituciones europeas. Más arriba del Palacio Real, encontramos el centro del poder de Europa. Hay visitas guiadas al interior de las instituciones con las que podremos conocer cómo funcionan estas, además de que la zona es muy bonita y está llena de vida: gente dirigiéndose de un lado hacia otro, pequeños jardines donde descansar (la llegada hasta aquí ha sido dura) y muchos restaurantes de distintas etnias para probar un bocado.
6. El Parque del Cincuentenario
Este parque es uno de los más conocidos de la ciudad y está realmente cerca de las instituciones europeas. También veremos mucha gente practicando deporte, pero lo realmente interesante es que el parque es enorme. Tanto como para albergar museos dentro de él. Es uno de los mejores sitios para descansar al sol, antes de dar media vuelta y pasear hasta nuestro punto de inicio para pegarnos una buena comilona.
7. Tomar un clásico: Moules-frites
No podemos irnos de la ciudad sin tomar uno de los platos más típicos de Bélgica: los mejillones con patatas fritas. La mejor zona para ello está enfrente de las Galerías Reales (que podemos visitar por si no tenemos apetito), y tienen un sabor diferente a los que podemos encontrar en España. Altamente recomendable si queréis probar un plato muy típico del país.
8. Visitamos la calle de tiendas más famosa de Bruselas: las Galerías Royales Saint Hubert
Entre bocado y cerveza, no dejéis pasar la oportunidad de visitar Galerías Royales Saint Hubert, donde podréis encontrar muchas tiendas de moda y cafeterías, en las que terminar bien nuestra comida. Están divididas en tres zonas: la Galería del Rey, la de la Reina y la de los Príncipes. Son una de las tres galerías comerciales cubiertas que se conservan en la ciudad, junto a las Galerías Bortier y Northern Passage.
Realmente bonitas, y además nos sirve para llegar al último punto de nuestra lista…
9. Y para terminar… ¡Cervezas en el Delirium!
Si hablábamos de que los Moules-frites, es algo típico de Bélgica, la cerveza no lo es menos. El país es conocido por su alta cantidad y calidad cervecera con lo que la mejor manera de terminar un paseo tan largo como este es tomarnos una buena cerveza típica. Y el mejor sitio que conozco es el Delirium Tremens, cervecería conocida donde las haya, que se encuentra en la parte trasera de las Galerías Reales. Si esquivamos todos los camareros que quieren que entremos a su restaurante a tomar algo (normalmente unos Moules como los que ya hemos comido), podemos entrar en un sitio conocido por la cantidad de cervezas en su carta (más de 2.500). Yo creo que esta es la mejor manera de terminar nuestro paseo, así que… ¡nos vemos allí!