No es un OVNI recién aterrizado, es un palacio de Justicia. Como redactó Maria Gomez en su excelente artículo sobre el Palacio de Justicia de Bruselas, este monumento a la independencia judicial casi lleva 40 años en remodelación, y sus característicos andamios seguiran aún 10 años más, aunque el futuro de su uso es aún incierto.
También llamado “el edificio más laberíntico jamás construido”, la visita a este palacio es una experiencia particular. Cabe pensar en el estado de remodelación continuo que se respira allí desde hace décadas, así como en la pesadez de los inacabables procesos judiciales que se desarrollan dentro. En la sensación de tener algo inacabado, y en el ansia común para verlo todo terminado; en la necesidad de consumir los resultados, en esa tendencia para perfeccionar y pulir la materia bruta, los espacios en construcción, las relaciones personales. En resumen, en la exigencia para acabar las cosas y no sentir nunca placer por como se desarrollan los procesos.
Afortunadamente el vestíbulo monumental del palacio de la justicia está abierto a todo el mundo, puesto que es un edificio en funcionamiento. Es una visita muy impresionante.