Señoras y señores, no podía empezar el mes de mayo sin nombrarles una peculiaridad que realmente me apasiona de Lovaina, sus canales.
Aunque no son tan aclamados como los de Gante o Brujas, merecen ser descubiertos. Tiene un encanto especial pasear entre las calles de Lovaina y toparse en cada rincón con un canal oculto. Y es que, por si aún no lo sabían, Lovaina consta con 1.600 kilómetros de vías fluviales navegables.
El canal Leuven-Dijle es un canal de Flandes que enlaza la ciudad de Lovaina con Mechelen y el Escalda. Tiene más de 30 kilómetros de longitud y consta de cinco esclusas. Alcanza el valle del río Dijle. El canal no ha sufrido grandes cambios desde su construcción en 1750, sus esclusas son las mismas desde hace dos siglos y medio. El 19 de marzo de 1997 el canal fue nombrado monumento de arqueología industrial. Actualmente no posee gran relevancia económica para el transporte de mercancías. Sin embargo, si les gusta tanto el agua como a mí, no se cansarán de admirar la belleza de su curso.
Si lo que buscan es un poco de paz para sus sentidos, no esperen más, ¡ya la han encontrado!
Si a ustedes también les gustaría vivir en una de las casitas al borde del canal, creo que seremos vecino/as en un futuro 🙂