¡Cara pils es nuestro patrimonio nacional! Así lo enunciaba Elvira, estudiante belga, cuando íbamos a la fiesta de nuestra Universidad. Y si habéis estado de festival en Bélgica, nada os viene de nuevo, espero.
Entre las 1150 cervezas originales de Bélgica, Cara Pils destaca por si vínculo emocional con parte de la comunidad estudiantil Belga. No se caracteriza por ser la cerveza producida por los monjes más antiguos, ni con los cereales más auténticos: sino por ser la cerveza más barata del mercado.
El origen de la cerveza es un misterio, y puede que pase a la historia como el mayor secreto de Bélgica, puesto que se dice que cada año cambia de fábrica (y por tanto, de sabor) para competir en el mercado. Además, en los últimos años esta marca de cerveza ha sido centro del debate público. El nombre de la marca y el diseño de la lata fueron motivo de polémica en 2015, y una crisis de suministro movilizó la sociedad belga en 2017 a través de las redes sociales, otorgando a esta marca cierto estado de culto. (os invito a leer toda la historia en la página de wikipedia) Pese a ser considerada como una de las peores cervezas del mundo por expertos cerveceros, la veneración a esta marca blanca es tan grande entre los belgas que se la considera como un elemento clave en la formación de la identidad nacional belga, junto a las patatas fritas. Su éxito se asocia al bajo precio por el que se puede adquirir en cualquier tienda nocturna, y se relaciona a consumidores con baja capacidad adquisitiva, como los estudiantes. Es por eso que su popularidad se atribuye al hecho de ser una marca emocional, presente en la vida estudiantil de muchos belgas.
Para concluir, la historia de esta cerveza nos puede hacer pensar en cómo se genera una identidad nacional en base al patrimonio compartido. Y en qué medida la identidad de clase también genera un imaginario colectivo que valdría la pena poner en relación con el imaginario nacional. ¿Podremos transformar en patrimonio turístico todos aquellos elementos que forman parte del imaginario colectivo? ¿Es correcto apropiarse desde un canal de promoción turística de las costumbres populares, o esto contribuye a la mercantilización de las relaciones sociales y la homogeneizacion de las expresiones culturales? En cualquier caso, con los años será interesante comprobar en qué se ha transformado una cerveza tan polémica, indomable y anarquista como Cara Pils.