¡Hola de nuevo!
Dentro del edificio del ayuntamiento de Oudenaarde, encontramos el MOU, un museo que narra de manera excelente la historia de la ciudad desde sus orígenes. Y es que esta ciudad, a lo largo de los siglos, ha sido escenario de historias muy curiosas sobre personajes realmente famosos. ¡Vente conmigo que te lo cuento!
Oudenaarde fue una ciudad que llegó a ser muy importante a finales de la Edad Media, y su nombre llegó a oídas de gente tan relevante históricamente hablando como Carlos I de España, V de Alemania. Nos remontamos al siglo XVI, y Oudenaarde era, por aquel entonces, parte del Sacro Imperio Romano Germánico. Para Carlos, recién proclamado emperador, la ciudad sería un refugio en el que poder pasar tiempo tranquilo con sus amigos.
En una de estas visitas, Carlos cayó perdidamente enamorado de una joven de la zona llamada Juana María van der Gheynst, con la que, tras varios años de pasión y romance, acabaría teniendo una hija antes de contraer matrimonio: la llamada Margarita de Parma. Margarita cambiaría el futuro oscuro que le venía por delante gracias a la labor de su tía abuela Margarita de Austria, que se encargaría de su educación. Gracias a ello, la hija del emperador llegaría a ejercer el cargo de gobernadora de los Países Bajos, así como, gracias a sendos matrimonios con Alejandro de Médici y con Octavio Farnesio, se ganaría el título de duquesa de Florencia y de Parma.
Y hoy en día, tenemos la suerte de visitar esos mismos salones en los que Carlos V se enamoró y en los que creció Margarita de Parma, ya que, en lo que un día fue escenario de fiestas reales y leyendas en las que la realidad se llega a mezclar con la ficción, hoy podemos visitar el museo de Oudenaarde (MOU).
El museo contiene dos colecciones principales, cada una dedicada a los dos patrimonios que hacen de Oudenaarde un sitio muy conocido en Flandes: los tapices y la orfebrería.
Sobre lo primero, encontramos una grandísima colección de tapices que tratan varios temas, desde religiosos, hasta de la vida cotidiana de los flamencos de la época. Además, podemos encontrar una sala de restauración en las que se puede entrar de manera libre y ver desde muy cerca cómo se conserva este patrimonio.
Con respecto a lo segundo, la vajilla de plata se popularizó en la zona de Oudenaarde a lo largo del siglo XVIII, llegando a instalarse en la ciudad una industria muy grande de la que podemos ver expuesta una muestra muy variada y bonita.
Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue la sala de Margarita de Parma. Abrir la puerta de esta sala es una experiencia increíble, ya que viajamos en tiempo y espacio hacia el lugar donde Margarita guardaba los tesoros que, desde todas partes del mundo, fue recibiendo como obsequios de exploradores y viajeros. Se trata de una colección que estaba al alcance de muy pocos y de la que nosotros podemos disfrutar aquí en Oudenaarde. Algo verdaderamente fantástico.
Así que ya sabes, ¿a qué esperas para adentrarte en la historia y conocer todos los entresijos de un lugar tan místico e interesante? Podéis encontrar más información en este y en este link.
¡Nos vamos viendo!
Jose
¡Qué ilusión me hace estar escribiendo por fin estas palabras! A partir de este mes de febrero empiezo como corresponsal de Erasmus en Flandes y tengo muchas ganas de enseñaros mi trabajo. Recoger el testigo de Yolanda en cuanto al tema de Patrimonio es todo un honor.
Antes de nada, me presento. Me llamo José Manuel Ortega y tengo 20 años. Nací en Granada, pero he vivido toda mi vida en La Línea de la Concepción, un pueblo de Cádiz. Estudio Traducción e Interpretación en la Universidad de Granada y, actualmente, estoy realizando un intercambio Erasmus en Bruselas de curso completo.