Debido a su posición en el centro de Europa, el ducado de Brabante y el condado de Flandes ocupaban un lugar privilegiado. Es por ello que este lugar fue testigo de una gran cantidad de guerras y disputas entre las potencias que peleaban por conseguir la supremacía europea. Muchos ejércitos intentaron hacerse con el poder de Bruselas y su alrededores, y por ello se construyeron en dicha zona una gran cantidad de castillos y fortalezas defensivas. Muchas de ellas fueran devastadas por la guerra y desaparecieron, pero otras se mantuvieron en pie o fueron rehabilitadas y remodeladas para llegar hasta nuestros días. Un ejemplo es el castillo de Gaasbeek.
A unos 15 kilómetros al suroeste de Bruselas, rodeado por un precioso bosque, podemos encontrar la antigua fortaleza. Dicho castillo fue construido durante el siglo XIII, aunque su aspecto original se parece muy poco a lo que hoy es en día. Durante las sucesivas guerras que sufrió la región, fue varias veces destruido y levantado de nuevo. Uno de sus más notables propietarios fue el Conde Egmond, del que ya hemos hablado en anteriores ocasiones. A finales del siglo XVIII, el castillo fue adquirido por una familia de nobles italianos, la familia Arconati Visconti. El interior del castillo fue totalmente remodelado en diversos estilos, ya que podemos encontrar tanto detalles renacentista como Rococó. En su origen, es castillo estaba cerrado completamente en planta más o menos circular, pero hoy en día sus muros están abiertos en su parte posterior, aunque los vestigios de la antigua muralla aun se pueden divisar. El castillo fue donado al estado en 1921 y hoy en día está abierto al público en forma de museo.
Nada más entrar, divisamos un precioso jardín interior con algún animal que otro. Una vez entramos al interior del castillo, nos espera casi hora y media de visita increíble. Armados con una autoguía, recorremos la gran cantidad de habitaciones de las que consta el castillo, todas ellas con un toque particular. Podemos encontrar también una pequeña exposición de cuadros cedidos por el Museo de Amberes. Además, divisamos cuadros de la familia por todas las estancias. Muchas habitaciones contienen piezas de gran valor y todas guardan homenaje a algún personaje importante de esta zona. Así, podemos encontrar la sala de Rubens, la habitación de Egmond, la habitación de Carlos V… un recorrido que no te dejará indiferente. Casi todas las habitaciones están decoradas con mucho esmero y hasta el más mínimo detalle. Una experiencia para todos los sentidos que sin duda no debes dejar pasar. Se puede llegar fácilmente desde el centro de Bruselas en transporte público, y en poco más de media hora.
Soy un madrileño, bastante castizo, nacido hace casi 24 años. Llegué a la ciudad de Lovaina hace dos años para estudiar un Master en Ingeniería biomédica. Soy un gran amante de la literatura y de la historia (sobre todo de las Guerras de Flandes, así que estáis de suerte).
Estos años me he dedicado, además de a beber cerveza, a recorrer los paisajes flamencos en bicicleta. Por tanto, mi idea es enseñaros algunos trucos y rutas interesantes aptas para todos los gustos y condiciones físicas.
Soy un enamorado de la arquitectura flamenca y brabanzona, y me gustan mucho los pueblecitos pequeños, así que intentaré enseñaros lugares menos conocidos o frecuentados. Como ya habréis podido imaginar, soy un gran amante de la cerveza belga ( siempre con responsabilidad) y tanto tiempo aquí me ha dado la oportunidad de probar muchas, así que haré alguna que otra sugerencia para aquel que se deje aconsejar.
Tampoco faltará información sobre festivales de música de todo tipo y forma, uno de los mayores atractivos veraniegos, y de vez en cuando algunos consejos sobre donde comer platos típicos, restaurantes con encanto, alguna fiesta que otra… todo lo necesario para disfrutar de un verano inolvidable.