Cuando visito otro país, me gusta ver, tocar y degustar los productos locales de ese inexplorado lugar, así como conocer nuevos ingredientes para innovar en la cocina de mi propia casa. Y es que tengo que admitir que me fascina descubrir productos y probar cosas nuevas.
Normalmente, este “hobby” me puede llevar mucho rato, ya que para descubrir hay que visitar supermercados, fruterías, tiendas de comida preparada, tiendas de bebidas… Y, aun así, muchas veces me voy con la sensación de no haberlo probado y descubierto todo. Así que una buena manera de no dejarme nada, es ir al mercado local de alimentos.
El mercado semanal de Brujas se celebra cada miércoles y sábado por la mañana en la plaza Het Zand y facilita mucho las cosas si, como yo, eres una intrépida buscadora de nuevos productos y sabores.
El mercado lo tiene todo, desde puestos de frutas y verduras, hasta camiones con comida preparada. Pasando claro, por sus tiendas de pescado y carnicerías, sus hornos de pan y bollería, sus floristerías y, mucha atención, porque esto ya no es tan habitual, sus puestos de croquetas, y es que me estoy empezando a dar cuenta de que los belgas son unos auténticos fanáticos de este popular plato de origen francés. Las hacen de muchos tipos, aunque las más típicas son las de patata.
Visitar el mercado de Brujas es una experiencia que no te puedes perder si visitas la ciudad.
¡Mucha suerte descubriendo nuevos sabores!
Soy Núria, una catalana de veintidós años que lleva esperando su Erasmus en Flandes desde antes de empezar la carrera. Me encanta leer, escribir y hablar. Escuchar también, me encanta aprender cosas nuevas. No podría vivir sin arte. Cuando estoy triste escucho música y cuando estoy feliz también. Amo comer, supongo que el amor por la comida me viene de mi padre. En mi casa, siempre hemos sido de probar platos típicos de otras culturas, y no solo eso, de aprender a cocinarlos también.
Desde los catorce, tuve claro a qué me quería dedicar. Mi sueño era bastante específico: estudiar periodismo en Madrid. Luego, llegó el bachillerato y con ello las clases de economía. Nunca pensé que me fuera a gustar algo así, pero vaya si me gustó… La economía me generaba una curiosidad tan grande, que la puse de primera opción junto con ADE. De esta forma, en 2016, empecé un doble grado en economía y ADE. Descubrí un mundo nuevo, y fui consciente de lo importante que era la economía para ayudar a la gente. Comprendí que los economistas son importantes, pero no para lo que cree la mayoría de la gente. Ellos pueden elaborar modelos para reducir la pobreza, extinguir la corrupción e incluso evitar guerras. A medida que aprendía más cosas, mi amor por la economía crecía. Hoy, la economía me apasiona, de esto no tengo ninguna duda, pero el periodismo aún forma parte de mí.