Con Tintín como abanderado, el Museo del Cómic de Bruselas, en el centro de la ciudad, rinde homenaje a todos los personajes y autores que han convertido al país en líder de la Band Dessinée: Pitufos, Marsupilami o Lucky Luke.
El museo se aloja en un edificio de estilo Art Nouveau, diseñado por el arquitecto Victor Horta. Ya en el interior hay una pequeña exposición dedicada al proceso de creación, desde el planteamiento de la idea hasta su plasmación visual e impresión. Más adelante, en el Espace Saint Roche, se exhiben más de 6000 comics originales. En el Museo del imaginario se recoge la historia del tebeo, mientras que la planta superior retoma la corriente del cómic hasta nuestros días.
En el museo se rinde homenaje a Hergé y, especialmente, a Tintín, creado en 1929 y traducido a más de 140 idiomas, además de adaptado a los diferentes lenguajes audiovisuales con bastante éxito.
La entrada cuesta 10 euros, pero en mi opinión es un museo más orientado a un público belga que para turistas. A lo largo del año se organizan encuentros, charlas y cursos de creación. La mayor parte de la exposición está en francés y flamenco, y no es tan interactivo como cabría esperar. Aunque el centro está muy bien organizado y la visita es bastante amena, solo los verdaderos fans del cómic con conocimientos del idioma disfrutarán del museo. En cualquier caso, el museo y los alrededores bien merecen el paseo y la foto.