Pero mucho; porque Bruselas, a pesar de ser la capital de Europa, no es cara (si sabes dónde ir, claro).
Hoy os voy a hacer una sugerencia para comer si estáis por el centro y os entra hambre. Si te metes por la callejuela que hay al la derecha del Hotel de Ville (mirando para este) y luego giras a la izquierda, te encontrarás con esta calle:
Como podéis ver, está llena de restaurantes griegos (al otro lado también hay un par, cada uno tiene el nombre de un lugar de Grecia). A la hora de comer, y especialmente cuando hace buen tiempo, estas terrazas están todas llenas de gente, pero no os preocupéis, que tienen todos los mismos precios y seguro que algún sitio encontráis, ya que dentro tienen varios pisos con mesas (y unas vistas muy bonitas).
En España normalmente los griegos son bastante caros, pero aquí todo lo contrario. Por 3,50 os podéis comer un Pita Gyros buenísimo (y mejor que las hamburguesas del McDonalds) y os quedáis más que llenos.
Para los que tengan algo más de presupuesto, en la carta hay platos menos tipo “comida rápida” típicos griegos, un poco más caros pero tampoco mucho.
Y si os quedáis con algo de hambre (que lo dudo)o tenéis mono de dulce, al lado tenéis los puestos de gofres de enfrente del Manneken Pis. En serio, no he probado unos gofres tan buenos en mi vida. A mí el sitio que más me gusta es la tienda estrecha que está justo enfrente del muñeco meón. Los gofres, más que asequibles: 1 euro y 80 céntimos por cada toppin. Tienen muchísimas variedades, algunas de las cuales parecen un poco raras al principio, pero recomiendo que probéis todas las que podáis porque os aseguro que no vais a encontrar gofres así en ninguna otra parte del mundo.
Pues eso, por poco más de cinco euros tenéis la comida (y la merienda, que todo esto llena mucho) más que solucionada.
À bientôt!
Soy María Ballesteros, vuestra nueva corresponsal en Bruselas. Estudiaré cuarto de Traducción e Interpretación en la Haute École Francisco Ferrer (HEFF) hasta (mínimo) febrero. El amor de mi vida son los viajes, y por eso hace un año más o menos decidí que quería pasar una buena temporada fuera de España, conocer otro país y gente nueva y vivir una experiencia inolvidable. ¿Y qué mejor que una beca Erasmus?
Desde el principio lo tuve claro; quería que mi destino fuera Bruselas. ¿Por qué? Porque es la capital europea por excelencia, está en el centro de Europa y te permite viajar barato a muchísimos sitios, es muy cosmopolita, allí nadie es extranjero, tiene un ambiente inigualable, está lleno de estudiantes universitarios (especialmente Erasmus)… y paro ya, que si no, no acabo nunca. No quería otro destino y al final, después de mucho papeleo, aquí estoy!