Lo sé. Es difícil dejar atrás la tortilla de patata o la paella, pero dar un salto culinario en dirección a otro país siempre es una experiencia interesante que merece la pena intentar. En esta ocasión, nos enfrentamos al estofado gantés, originalmente llamado Gentse Waterzooi.
Si bien es cierto que este plato se cocinaba originalmente con pescado (tanto de agua dulce como salada), hoy en día es mucho más común sustituir este ingrediente por el pollo. En teoría, este cambio se empezó a implementar debido a la contaminación que sufrieron los ríos de Gante, la cual provocó la desaparición de los peces. Aparte del pollo, el plato contiene vegetales como la zanahoria, la patata y el puerro, huevos, hierbas aromatizadas, nata y mantequilla. Una vez cocinado, se sirve en forma de sopa, acompañado de una baguette para empapar.
INGREDIENTES
- Mantequilla
- 1 pollo
- 3 puerros
- 1/2 apio
- 3 zanahorias
- 1 cebolla
- 4 patatas
- 2 L de caldo de pollo
- 2 dL de nata
- 1 limón
- 2 yemas de huevo
PASOS
- Trocea los vegetales y saltéalos con mantequilla derretida en una olla grande durante unos 4 o 5 minutos
- Añade el pollo a la olla junto con sal, pimienta y el caldo de pollo, de tal forma que el pollo quede totalmente sumergido. En caso contrario, añade agua hasta que así sea
- Déjalo hervir a fuego lento durante unos 45 minutos
- Saca el pollo y córtalo en trozos
- Pela los trozos de pollo y deshuésalos
- Bate las dos yemas de huevo junto con la nata
- Seguidamente, vierte la mezcla en la olla
- Agrega algo de jugo de limón
- Vuelve a meter los trozos de pollo en la olla
- Deja que la sopa coja temperatura durante un tiempo a fuego lento
- Sirve muy caliente con la baguette
¡Y a disfrutar! Es un plato bastante sencillo y muy generoso. Eso sí, una vez catado en casa, lo que uno ha de hacer es visitar Gante y degustar la versión profesional del mismo. Puede que la comparación nos sorprenda, quién sabe.
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Os invito a este extraño lugar. Aunque las visitas no son frecuentes, haremos de esta ocasión la excepción que confirma la regla. Bienvenidos a mi cabeza.
Seguidme, os llevaré a un sitio muy especial. Normalmente, tras esta puerta pintada de colores, uno puede toparse con espaguetis flotantes, junglas de pingüinos o ciudades invisibles… A decir verdad, la mayoría de las veces, ni siquiera yo mismo estoy seguro de lo que me espera al girar el pomo. De todas formas, hoy podéis estar tranquilos. Hoy sí sé lo que hay al otro lado:
Al otro lado está Gante. Y sus calles adoquinadas, clones en bici, música abstracta, dinosaurios, idiomas alienígenas, hechizos y, dentro de esta normalidad, infinidad de locuras.
Lo más seguro es que si os dejase sueltos por este lugar, acabaríais majaras. Como no queremos eso, os lo voy a enseñar poco a poco, durante cinco meses.