¡Hola de nuevo!
En este post me gustaría introducir un tema diferente, algo que me ha fascinado de Bruselas desde que llegué en septiembre y que me parece una de las cosas más distintivas y bonitas que tiene la ciudad. Como traductor “en proceso”, me ha llamado mucho la atención siempre la faceta más internacional y pluricultural de Bruselas, y me gustaría compartir algunas curiosidades y anécdotas con vosotros. ¡Vamos a ello!
Si nos ponemos en situación, Bruselas es una ciudad destinada a ser casa de mucha gente diferente. Capital de Bélgica, un país plurinacional y plurilingüe, Bruselas acoge instituciones flamencas y valonas, incluso la región de Bruselas-Capital tiene dos idiomas oficiales: el francés y el neerlandés, haciendo que todos los carteles, ya sean direcciones de calles, edificios oficiales o carteles publicitarios estén en ambos idiomas.
De hecho, hay zonas de la ciudad en las que predomina la presencia de una lengua u otra, y es algo que, al menos para mí, se nota. Por motivos culturales, se puede ver cómo el aura que rodea a los barrios neerlandófonos es diferente al de las zonas en las que predomina el francés. Se ve, incluso, en las dos grandes universidades de la ciudad: la ULB francófona y la VUB neerlandófona, cada una a una punta de una gran avenida, cada una con un ambiente muy propio y singular.
La cosa no queda ahí, ni mucho menos. Bruselas es la capital de la Unión Europea, y es sede de un enorme número de empresas, comisiones e instituciones a nivel internacional, causando que el número de europeos en la ciudad sea increíblemente grande. Españoles, italianos, franceses, alemanes… todos tienen su propia comunidad y contribuyen a la riqueza cultural bruselense.
Yo mismo lo pude comprobar con mis propios ojos en octubre, cuando conseguí entradas para ver a uno de mis cantantes favoritos, el italiano Antonio Diodato, que daba un concierto en Bruselas como parte de la amplísima agenda cultural de la ciudad, y dentro de su gira europea. Diodato es un artista que canta en lengua italiana, y es sobre todo conocido en ese país, lo que se pudo reflejar en el concierto. Ya en la entrada me recibieron hablándome en italiano, y la inmensa mayoría de los asistentes procedían del país transalpino, que forja una de las comunidades extranjeras más grandes de Bruselas.
Otra cosa que podemos destacar es la enorme comunidad africana que se concentra en Bruselas, reflejada en barrios como Matongé, la llamada “pequeña África”, uno de los mayores núcleos de población africana de toda Europa. La pasada relación colonial que mantuvieron Bélgica y el Congo se constituye como uno de los motivos principales.
Al fin y al cabo, Bruselas es la ciudad en la que los mundos se unen para convivir de una manera amable y respetuosa. Siempre estaré agradecido de haber vivido una época de mi vida en una ciudad tan cosmopolita y rica culturalmente hablando. Si buscas conocer nuevos horizontes, ¡no dudes en venir a Bruselas!
¡Nos vamos viendo!
Jose
¡Qué ilusión me hace estar escribiendo por fin estas palabras! A partir de este mes de febrero empiezo como corresponsal de Erasmus en Flandes y tengo muchas ganas de enseñaros mi trabajo. Recoger el testigo de Yolanda en cuanto al tema de Patrimonio es todo un honor.
Antes de nada, me presento. Me llamo José Manuel Ortega y tengo 20 años. Nací en Granada, pero he vivido toda mi vida en La Línea de la Concepción, un pueblo de Cádiz. Estudio Traducción e Interpretación en la Universidad de Granada y, actualmente, estoy realizando un intercambio Erasmus en Bruselas de curso completo.