El otro día me desperté a las 3 de la mañana tosiendo muchísimo, se parecía bastante a los ataques de asma que tenía de pequeña. Pero hacía más de 5 años que ya no llevaba mi inhalador conmigo siempre, pues ya no me daban ataques. Sin inhalador para calmarme y toda esta histeria del coronavirus tengo que decir que me asusté bastante. ¿Pero que podía hacer? No sabía ni dónde estaba el hospital más cercano ni cómo se pedía una cita, o en el peor de los casos una ambulancia.
Hospitales
Llamé a mi familia en España, y entre todos nos pusimos a investigar mientras me incorporaba para que se me pasara la tos. Descubrimos que cerca de Brujas hay dos hospitales.
El hospital “AZ Sint-Jan” situado en la calle Ruddershove 10, unos 3 km al noroeste de “Groote Markt”. El número de teléfono es 050 45 21 11, pero para que funcione con un teléfono español debes añadir antes el prefijo + 32. Los sábado y domingos solo están abiertos para urgencias. Si quieres concertar una cita debes llamar el lunes a partir de las 8 am.
De la misma manera funciona el Hospital “AZ Sint-Lucas”, situado más a las afueras de la ciudad, en la zona sur, calle Sint-Lucaslaan 29. El número de teléfono es (+ 32) 050 36 91 11.
Médicos
Sin embargo, estos hospitales están solo para médicos específicos, si lo que queremos es que nos atienda un médico general, o lo que nosotros conocemos como “médico de familia” deberíamos acudir a alguna de las pequeñas clínicas que se encuentran en el centro de la ciudad. Para ello podemos introducir la palabra “doctor” en Google Maps y nos aparecerán varias opciones.
Funcionan un poco diferente por lo que es mejor contactarles por teléfono antes de presentarse, algunos dan cita previa y otros te dicen que puedes ir de 5 a 7 de la tarde y esperar a ser atendido. Cuesta unos 25/35€, si tienes un seguro belga ellos te devolverán el importe, la otra opción es guardar el recibo y presentarlo en la Seguridad Social de España y ellos te indicarán que parte o porcentaje te devuelven. Lo mismo ocurre con las medicinas. La tarjeta Sanitaria Europea en Bélgica, no tiene mucha utilidad real, solo si vas por urgencias.
Si con el médico local no es suficiente o necesitas realizarte un análisis de sangre, entonces te mandará al hospital con un especialista. Ya que en España yo cuento con un servicio privado de asistencia sanitaria con cobertura en el extranjero y además poseía la tarjeta Sanitaria Europea, no pensé que necesitaría nada más. Sin embargo, en Bélgica el Sistema Sanitario funciona de manera diferente, primero pagas y después la mutua a la que estés inscrito te devuelve un 70/80% del importe apróximadamente.
Por ello, os recomiendo que si venís aquí durante una temporada, os planteéis la opción de sacaros un seguro. Muchos de ellos cuentan con descuentos para estudiantes y pueden llegar a costar tan solo 30/50€ al año.
Emergencias
Para una emergencia el número de telefono es el 100, este funciona sin prefijo. Sin embargo, si decides pedir una ambulancia esta tampoco será gratis. Llamando al 1733 podrás preguntar por farmacias abiertas, médicos, dentistas y enfermeras de urgencias a cualquier hora.
Mi recomendación
Existe una agencia llamada «Agency of health and disability insurance» este es el número de télefono (+32) 050 33 04 10 , os recomiendo que llaméis si tenéis alguna duda, si os surge algún problema o necesitáis ayuda. Ellos podrán facilitar el rembolso de algunos cobros o incluso cubrirlos con antelación.
Ojalá no necesitéis nunca este post, pero si lo hacéis espero os sirva de ayuda. ¡Un saludo!
Mi nombre es Luna, tengo 20 años y vivo en Madrid. En general soy una apasionada de la vida, de los viajes, el arte, la música, el baile, el surf, el mar, la escalada… todo lo que suponga una aventura para mí siempre será un SÍ.
Este semestre mi aventura comienza fuerte: me he mudado a Brujas ¡La ciudad de ensueño! Y aunque apenas lleve aquí una semana, os puedo asegurar que así es. Todas las calles están bañadas de un aura especial, casi mágica.
Recuerdo una de las primeras noches aquí, entre las vacaciones y la lluvia las calles estaban vacías. Paseando a la luz de las farolas, sentí como si me transportara a otra era… Los suelos empedrados, el musgo creciendo por las paredes de una gran iglesia gótica, cuyas vidrieras relucían con luz propia. Todo parecía salido de un precioso y enigmático cuento medieval.