La historieta, o el cómic franco-belga, se refiere a las historias gráficas producidas en Bélgica, Suiza y Francia y constituye uno de las tres grandes tradiciones mundiales, junto a la japonesa y la estadounidense. La franco-belga tiene su origen alrededor de 1830, en Francia, de la mano de Rodolphe Töpffer. Su producción avanza en paralelo a la de la prensa escrita, siendo este el principal medio de difusión de los tebeos durante el siglo XX.
El 7% de la producción editorial francesa son cómics; se dice también que es el género más leído en Flandes. Aunque los cómics escritos en flamenco están bien diferenciados de los escritos en francés, ambos reciben influencias constantes del otro y de géneros literarios y pictóricos extranjeros. Además, más allá de ser una parte esencial de la cultura belga, el cómic es una de las artes en que Bélgica ha tenido un impacto internacional: también en España. A continuación proponemos una serie de personajes que han calado en nuestro país y de los que, tal vez, no conocías su origen:
Tintín es uno de los personajes belgas más reconocidos a nivel mundial. El joven reportero rubio, creado por Georges Remi (alias Hergé) es una parte esencial, al menos, del imaginario colectivo europeo. Los 24 álbumes originales se tradujeron al español en la década de los cincuenta y se publicaron en las revistas Blanco y Negro y 3 amigos. Desde 1958, la Editorial Juventud se encarga de su publicación. Les aventures de Tintin, la serie animada de HBO, fue emitida en España por Canal+ entre el 92 y el 93. La serie consta de tres temporadas, y el periodista está doblado por Juan D’Ors, quien ha publicado numerosos textos sobre el autor belga y su obra.
Lucky Luke, el famoso pistolero, fue creado por Maurice De Bevere, conocido como Morris. Es de las series de cómics más exitosas en Europa Occidental y cuenta con un especial reconocimiento en Canadá. En España las historias del vaquero más rápido que su sombra, el caballo más listo del mundo y los hermanos Dalton están editadas por Ediciones Kraken. La saga de comics tuvo varias adaptaciones televisivas. La primera, de animación, creada en 1986, aún se emite en cadenas regionales como Telemadrid o Castilla la Mancha TV. La versión del 91, protagonizada por el actor italiano Terence Hill, llegó a emitirse en TVE.
Los Pitufos son, probablemente, el cómic europeo más monetizado. Tal fue el éxito tras su creación en el 58 por el dibujante Peyo para el semanario Le journal Spirou, que a partir de los sesenta se convierten en fenómeno mediático, con su propia serie de animación. Su nombre original es Schtroumpfs; fue Miguel Agustí, redactor jefe de Strong, la primera revista en que se tradujeron al castellano las viñetas, quien acuñó como Pitufos a los seres azules. Tal vez sea suya la influencia belga más notable en España: siendo una de las series estadounidenses de animación más longevas, varias generaciones han crecido con referencias pitufinas. En 2011 se estrenó una película producida por Sony, que pagó al pueblo malagueño de Júcar, atractivo turístico desde ese momento, a pintar sus casas de azul para promocionar la película.
Spirou, Blake y Mortimer o Bob y Bobet son (solo) nombres de otros cómics, otros personajes menos cercanos a los Pirineos pero igual de relevantes en la cultura belga. ¿Cuál es tu favorito?