Como ya os conté, este mes vino a visitarme mi novio, y además de enseñarle mis rincones favoritos de Amberes, ciudad que ya empiezo a conocer bien, quise buscar algo distinto y especial que hacer con él. Llevaba casi un año con unas ganas especiales de ir a la ópera, pero no había podido organizarme para ir en Barcelona. Así que se me ocurrió buscar la programación del Teatro Real de la Moneda, la ópera de Bruselas, y debo decir que la experiencia fue impresionante.
Las entradas para la ópera que se ha interpretado a lo largo de diciembre (Fanny y Alexander) estaban agotadas, así que consulté la programación de música clásica y encontré una oferta estupenda para un concierto de Lieder. El Lied es un tipo de composición propia del Romanticismo en Alemania. Se trata de canciones cortas, que se componen dotando de música a poemas ya escritos, y que interpretan contantes líricos solistas acompañados de piano. Una preciosidad.
Al entrar te dan un programa con la letra de las canciones y una breve explicación que contextualiza la canción. Dicha explicación, pero, está solamente en los idiomas oficiales de Bélgica, el francés y el neerlandés, así que si no has aprendido ninguno, te recomiendo que instales Duolingo o tendrás que sacar a relucir tus dotes deductivas como hicimos nosotros. En nuestro caso, tuvimos la suerte de sentarnos al lado de un hombre español que trabaja en el coro de la ópera, y que nos estuvo contando cosas sobre el concierto y sobre la programación próxima. Nos recomendó muy efusivamente ir a ver Carmen de Georges Bizet, que representarán del 3 al 25 de junio, y que desde luego no me voy a perder.
Al llegar el intermedio, además de hablar con el cantante de la Monnaie, aprovechamos para disfrutar de la parte más espectacular de la visita, el edificio del Teatro Real de la Moneda. La sala principal está llena de ornamentaciones doradas y tapices de terciopelo rojo que ascienden a lo largo de los palcos hasta llegar a al techo en forma de cúpula y cubierto en frescos. La decoración de la sala tiene elementos neoclásicos y, sobre todo, neobarrocos que datan del año 1856, pero el teatro de La Monnaie no siempre ha sido como ahora lo conocemos.
De hecho, la versión actual del teatro es la tercera construcción. El primer teatro fue construido en el 1700 por los arquitectos venecianos Paolo y Pietro Bezzi. El terreno sobre el que edificaron había sido utilizado para acuñar monedas hasta entonces, de ahí el peculiar nombre del teatro La Monnaie (la moneda en francés). Con la llegada de la Revolución Francesa, las compañías teatrales fueron cerradas y el teatro pasó a utilizarse como institución gubernamental. No volvió a utilizarse como teatro hasta que Napoleón Bonaparte llegó al poder y, tras visitar el edificio, ordenó que lo reconstruyeran a su gusto el 1818. Parte de la fachada sigue siendo de esa época. Sin embargo, el año 1855 un terrible incendio destruyó la mayor parte del teatro. Inmediatamente, se encargó la construcción de un nuevo edificio, de la mano del arquitecto José Poelaert, que inauguró al año siguiente y le dio el aspecto que conocemos hoy en día.
Además de la sala principal, puedes disfrutar de una sala contigua donde puedes descansar y tomar algo entre actos. Esta sala es casi tan ornamentada como la anterior, pero su forma alargada, sus grandes ventanas y espejos la convierten en el lugar perfecto para organizar un evento como un baile, o simplemente tomar algo mientras charlas (que es lo que hicimos nosotros).
Estarás pensando: con lo caro que es ir a la ópera, no creo que pueda disfrutar de la experiencia. Pero debo recordarte que soy una estudiante de Erasmus, y que mi presupuesto es muy limitado. Por suerte, La Monnaie cuenta con un amplio repertorio de descuentos, ofertas y eventos para menores de 30 años. Yo misma compré las dos entradas al concierto por 25€ en total. En este enlace puedes informarte sobre todos los descuentos y beneficios que ofrece la institución a jóvenes. Y aquí puedes consultar la programación de la temporada 2024-2025. ¿Nos vemos en Carmen?