Puede sorprendernos que este niño meón de bronce, de tan solo 50 cm de altura, y situado en la esquina entre las calles de L’Etuve y Chene, pueda ser símbolo nacional y una visita casi obligada cuando vamos a Bruselas. En realidad, el Manneken Pis original fue robado en los años 60, y desde que se recuperó, se encuentra en el Mussée de la Ville de Bruselas. Este museo está dirigido por la asociación sin ánimo de lucro Amigos del Manneken Pis, quien realiza los cambios de trajes del mismo. En este museo también podemos encontrar sus más de 700 trajes.
A veces nos preguntamos por qué una estatua como tal es un símbolo nacional, un símbolo tan imitado en todo el mundo. Tradicionalmente se han ido contando muchas versiones sobre la historia de esta figura:
– Una de las leyendas más escuchadas cuenta que un niño llamado Juliaankee salvó su ciudad cuando, al descubrir explosivos colocados junto a la muralla, orinó sobre una mecha encendida que ponía en peligro la seguridad de la ciudad.
– Algunas leyendas cuentan que un niño se perdió durante una fiesta popular y que su padre prometió que a quien lo encontrara le haría una estatua de bronce de su hijo en la postura en la que se hallara.
– Otras dicen que se descubrió al hijo de un duque orinando en medio de una batalla y se le hizo una figurar para simbolizar la valentía militar de este pueblo.
– Incluso se ha llegado a oír la historia de que un niño había hecho pis en la puerta de la casa de una bruja y que esta lo había convertido en estatua.
Como dato curioso, quería contaros que el Manneken Pis no siempre ha orinado agua, sino que dependiendo de las celebraciones, a veces ha vertido vino, cerveza e incluso sidra (por ejemplo, por la celebración del día de Asturias en Bruselas en 1995). Este vídeo os muestra algunas curiosidades del Manneken Pis…