Seguramente cuando llegaste a esta maravillosa ciudad hiciste algún tour, ya fuera gratuito de la KU, con algún amigo, o por tu cuenta, pudiste descubrir muchos nuevos lugares y dejarte sorprender a tu llegada, pero ahora, ¡TE TOCA A TI!
Ya sea tu familia, tus amigos españoles, tus amigos Erasmus, o un nuevo amigo, cualquier visita es una buena excusa para ser el mejor guía de Lovaina. Por ello os voy a dar un “planning” con los consejos justos para sorprender a vuestros invitados y convencerlos para volver.
Es bastante imaginable que, como buenos anfitriones, recojáis a vuestros amigos en la estación; siempre que su equipaje no pese mucho, os recomiendo dar un paseo tranquilo por Bondgenotenlaan, la calle que va desde la estación a Grote Markt.
Una vez el equipaje esté en casa, tenéis una serie de rutas posibles, que voy a clasificar por zonas.
Opción 1: centro. En Grote Markt es inevitable quedarse sorprendido, la vista del Ayuntamiento y de la catedral de San Pedro es seguramente de los mejores recuerdos que cualquiera se lleva, pero además, hay otros sitios básicos. Pasad primero por Oude Markt y tomad una cerveza, que hay que coger fuerzas para todo el tour, recomendable el Café Belge, y por la noche, el bar De Rector.
Antes de comer, nada mejor que ir de tiendas, para ello, Lovaina tiene tres calles completamente llenas de comercios: Brusselstraat, Parijstraat, Dietsestraat y Bondgenotenlaan. La última es de un precio más elevado, pero en las demás se pueden encontrar desde grandes marcas hasta pequeños comercios, y para comer, la calle Munstraat. Seguramente con tanto afán adquisitivo necesitéis un café para recuperar, no hay mejor lugar que el Koffie Onan, los mejores cafés y la mejor presentación.
Por último, lo mejor que podéis hacer es ir a Ladeuzeplein con la puesta de sol, para entrar en la gran biblioteca y por un módico precio, subir a la torre a ver la ciudad desde las alturas. Obligado es ir al Museum M, el museo de Lovaina que siempre acoge exposiciones de cualquier tipo y de muchísimo interés.
Opción 2: entorno del Dijle. El Dijle es el río que recorre Lovaina, en su entorno aparecen muchos sitios especiales, en primer lugar, el Jardín Botánico, el más antiguo de Bélgica. Si seguís en Brusselstraat giráis hacia el río, hay un pequeño parque con un mirador de madera, donde se puede descansar, hacia el otro lado, está el hotel Klooster, con uno de los mejores restaurantes de la ciudad.
Yendo hacia el norte, hay una ruta para los más bohemios, ya que el río se une con el Canal en una zona muy industrial, llena de fábricas abandonadas.
Opción 3: Naamsestraat y alrededores. La calle más universitaria de Lovaina os acompaña desde el edificio del Rectorado, justo al salir de Grote Markt, donde podéis subir a tener una vista panorámica y gratuita de la ciudad, hasta el Groot Begijnhof, o Gran Beaterio, una entorno pacífico y verde de silencio e historia. Un poco antes tenéis los parques de Dijlepark y Stadspark, donde, si sois afortunados y hace sol, os recomiendo que vayáis a tomar un picnik bajo los árboles, casi al final de la calle está STUK, centro de arte, cine, teatro, etc. Recomiendo también pasar por la noche por ‘t Elixir, el bar de los ingenieros, hacia el final de Naamsestraat, en Tevuursevest.
Opción 4: exterior del anillo. Sí, hay vida más allá del anillo. No seáis vagos y andad un poco, aunque sea para ir a Velo y alquilar una bici para unos días. Dirección al campus de Heverlee esta el antiguo castillo de Arenberg, una belleza de piedra medieval, cerca está la gran biblioteca de Heverlee, un antiguo convento restaurado, delicia para los estudiantes de arquitectura.
Para acabar, y especialmente si tenéis bici, la ruta por las abadías de Lovaina, Abbey Park y Abbe Vlierbeek, un entorno único entre la naturaleza.
Ya no hay excusa, y nada de dar un paseíto por el centro. ¡Aprovechad todo lo que Lovaina tiene! Y siempre merece la pena moverse también por Bélgica: Bruselas, Amberes y Malinas están a menos de una hora. Pero como Lovaina, ninguna.