¡Buenos días, brujos! Acercaos hoy a la hoguera porque vamos a contar leyendas, un tanto terroríficas, que se ubican en la ciudad de Brujas. Tranquilos, no vais a pasar miedo… Al menos hasta que vengáis a Brujas y las cosas empiecen a moverse solas…
La casa embrujada de Brujas
Situada en el norte del huevo, al final de la Spanjaardstraat se encuentra la casa que ocupa nuestra primera leyenda. Este edificio no siempre fue una casa ya que en la época en la que se ubica esta historia era un convento de monjas. Al otro lado del canal vivían unos monjes y ambos conventos estaban conectados por un pasadizo por debajo del canal.
La leyenda comienza con un monje que se enamora de una de las monjas del convento, todas las noches cruzaba el pasadizo para verla. Pero, por desgracia, el amor no era correspondido. El monje, siempre le prometía que si le aceptaba dejarían los dos la vida religiosa y se fugarían por ahí como dos enamorados.
La monja continuó negándose durante mucho tiempo hasta que finalmente, un día, el monje ya cansado quedó con ella en el pasadizo. Como todas las noches le pidió que se fugasen, y como todas las noches ella se negó. Entonces el monje sacó el cuchillo que tenía escondido, la mató y se dio a la fuga.
Resulto que el monje en realidad era un malhechor que había cometido muchos crímenes antes y que pensó que esa era la forma más fácil de ocultarse. Tiempo después una familia compró el antiguo convento de la monja. Pero por las noches escuchaban ruidos y puertas abriéndose y cerrándose. De alguna forma lograron contactar con el espíritu que acechaba su casa…
Era el monje que, a pesar de haber cometido muchos crímenes, su espíritu está condenado a vivir ahí ya que fue el crimen más horrible porque realmente amaba a esa chica. Cierta o no esta leyenda, la gente sigue incómoda por vivir en esa casa ya que hasta 2 pisos enteros están en venta…
La mano de oro
Siguiendo el mismo canal en una de las casas a la derecha hay unas manos doradas encima de una puerta recordando que ahí tuvo lugar esta leyenda. Cuando Brujas era un pueblo de pescadores y dependían de la pesca para el sustento de sus familias.
Un día un pescador no tuvo la suficiente suerte y para poder comer, durante la noche para que no lo viesen, fue a pescar anguilas, lo cual estaba prohibido por supersticiones de la época. Tampoco tuvo demasiada suerte pescando anguilas hasta que finalmente, apareció en sus redes una anguila albina.
Las anguilas albinas son doradas y el pobre pescador pensó que tenía la vida resuelta ya que podría venderla y ser rico. Alargó la mano hasta llegar a tocar la anguila cuando de repente una mano dorada surgió del agua, le agarró por la muñeca y lo hundió en el rio. Nunca más se supo de ese hombre y hoy en día en un puente que cruza ese canal hay una pequeña advertencia tallada en piedra que nos recuerda esta historia.
Eso es todo por hoy, ¿creéis que son ciertas estas historias? Yo la verdad es que no suelo creerlas pero, por si acaso, desde que las conozco intento acercarme lo menos posible a los canales de Brujas.
1 comentarios
Hola!! Estuve la semana pasada en Brujas con mis padres y cogimos una excursión en la que nos contaban esta historia, la de la casa embrujada, y nos contaron que la médium que contactó con el espíritu escribió un libro sobre el caso y queremos leerlo pero no recordamos el nombre, sabéis como se titulaba ese libro??