Quizá esto os resulte un tato extraño de oír, pero a mí me encanta hacer la compra. Quizá se deba a que me encanta cocinar y me encanta comer jajaj, pero la cosa es que disfruto yendo al supermercado y perdiéndome por sus pasillos. Estos meses he ido descubriendo varias cosillas curiosas y ciertas diferencias que podemos encontrar entre un supermercado en Bélgica y uno en España.
La primera cosa que descubrí nada más llegar y que me resultó de lo más extraño, es que es muy común vender arroz en bolsas individuales. Es decir, el arroz viene en un paquete de cartón envasado en bolsas individuales. Y para hacerlo no tienes que sacar el arroz de la bolsa, sino que metes la propia bolsa en el agua hirviendo. Esto es algo que no me gusta para nada. El cocinar un arroz dentro de una bolsa de plástico no me transmite mucha confianza, además de que el sabor del arroz desde mi opinión resulta muy artificial.
Es cierto que también se vende arroz en paquetes normales, pero el sabor sigue siendo el mismo. No encuentras un arroz redondo normal, sino que la mayoría son arroces largos y con un sabor, como os digo, muy artificial. El arroz de España es algo que desde luego echo mucho de menos.
Otra cosa curiosa es que no he conseguido encontrar en ningún supermercado judías verdes naturales. Las venden en paquetes de plástico ya envasadas (o en lata) y el sabor no es ni mucho menos el mismo.
Lo mismo me pasa con los briks de caldo. No sé por qué, pero en este país la gente no consume caldo en brik, y a la hora de hacerte una sopa es mucho más incómodo ya que tienes que hacerlo con agua y pastillas de caldo concentrado.
Algo que también me sorprendió mucho desde el primer momento, es que en el supermercado hay muy poco pescado. Lo primero es que no te encuentras una pescadería dentro del super como en España, pero además es que tampoco hay gran variedad de pescado congelado: tan solo salmón, bacalao y merluza. Entonces o vas a una pescadería de fuera, o te vas a hartar a comer los mismos pescados todo el rato.
Algo positivo que sí tienen los supermercados belgas es que tienen una sección muy amplia de productos bio, y su precio no es tan elevado en comparación con el resto de los productos.
Otra cosa muy curiosa que tenéis que tener en cuenta para que no os pase lo mismo que a mí, es que en Bélgica, la leche semidesnatada es la de color verde, y la desnatada la de color azul, al contrario que en España. La roja sigue siendo la entera.
Algo imposible de no recalcar es que el precio a nivel global es más elevado que en España, ya que el coste de vida en Bélgica es más caro. Pero algo en lo que lo he notado muchísimo es en el precio del atún en lata; es increíble lo caro que es en Bélgica.
Estas son algunas de las cosas de las que me he dado cuenta estos meses haciendo la compra, ¡espero que os sirvan de ayuda para no pillaros por sorpresa!
¡Nos vemos pronto!
Soy de Madrid y estudio tercero de ADE+Marketing en la Universidad Francisco de Vitoria. En Bruselas estudio en ICHEC.
Llevo tan solo 5 días en Bruselas y ya está siendo una experiencia increíble. Ya he conocido los lugares más famosos y representativos de la ciudad, y he conocido a muchísima gente con la que estoy disfrutando un montón. Ya estoy enamorada de sus calles, de sus parques, de su arquitectura, ¡de su gastronomía… ¡No puedo esperar a ver todo lo que queda por llegar!
¿Por qué Bélgica? Yo elegí Bélgica principalmente porque quería mejorar el francés, y la ventaja que tiene Bélgica es que está en el centro de Europa Occidental, y cuando el COVID lo permita se puede llegar rápidamente y muy barato (ya que el transporte público tiene un precio muy asequible) a países como Holanda, Francia, Luxemburgo o Alemania. Además, dentro de Bélgica ya hay mil ciudades increíbles que visitar como Brujas, Amberes, Gante, Lovaina… y al ser un país pequeño no tardas nada en ir de un sitio a otro. De momento no he tenido la oportunidad de visitar Bélgica más allá de Bruselas, pero lo estoy deseando.