A estas alturas seguramente ya lo sabréis, pero el pasado de España y Flandes está estrechamente ligado.
En 1516, Carlos V -soberano de los Países Bajos- acepta la corona de Castilla y Aragón y se convierte en Carlos I de España, aunque desde mucho antes se podía apreciar la presencia de numerosos comerciantes españoles en Flandes, que formaron en Brujas una importante comunidad.
Entre los comerciantes y los soldados de Carlos I que se quedaron en Flandes, la presencia española no solo fue importante en cuanto a su influencia en la arquitectura, la sociedad y la cultura, sino también en otros detalles relacionados con el lenguaje, que es el motivo de este post.
Y es que recientemente ha llegado a mis oídos un apodo curioso que reciben los habitantes de Amberes, que viene del castellano. Se les llama SINJOOR, o SINJOREN en plural, desde la época en que los españoles gobernaban en Amberes en el siglo XVI, que claramente viene de la palabra “señor“.
¿Y qué implica este apelativo? En principio señala su fama de altivos, aunque si se quiere hablar con propiedad no se podría aplicar a todos los amberinos, sino solo a aquellos nacidos en el siglo XVI cuyos padres y abuelos eran señores, o sinjoren.
Del mismo modo que hay ciertas palabras en el dialecto flamenco que proceden de la influencia española, también sucede al contrario. ¿Sabíais que la palabra maniquí proviene de la flamenca mannekjin? Estos eran pequeños muñecos de madera utilizados por los pintores flamencos como modelos para sus obras.
¡Qué pequeño parece el mundo con estos detalles!