¡Hola a todxs! Por fin es viernes, sin lugar a duda, mi día favorito de la semana. Hoy, vengo con un post especial dedicado a otra bonita ciudad de Flandes, y esta es Lier, en la cual estuvimos de excursión el cuatrimestre anterior. El otro día, revisando las fotos de los álbumes, recordé el gran encanto que tenía, a pesar de no ser demasiado grande, y, por tanto, decidí que quizás sería buena idea, llegar a compartirlo con todxs vosotrxs. Así que, vengo a hablaros un poco de los lugares que esconde, así como de qué podéis ver si hacéis una excursión de día.
Podría decir que Lier es una joya totalmente desconocida, la cual se encuentra a unos 50 kilómetros de Bruselas. Esta, conserva el encanto típico de los pueblos flamencos. Su rico patrimonio incluye obras declaradas Patrimonio de la Humanidad; sus pequeños y poco masificados canales; la tranquilidad de sus calles. Tiendas ideales alejadas de la sobre explotación turística de otros lugares; interesantes restaurantes ubicados a la orilla del canal del Nette…
UN POCO DE HISTORIA…
Lier contiene un rico pasado. Existen restos arqueológicos que la datan en época romana. En el año 714 tras la muerte de San Gummarus, patrón de la villa, se construye una iglesia dedicada a su figura, base de la actual Lier.
En 1212 fue proclamada como ciudad. A lo largo de toda la edad media hasta bien entrado el siglo XV, Lier fue una próspera villa dedicada al ganado y la producción textil. De esta época se deriva el apodo de sus habitantes, conocidos en toda Bélgica como los Schapenkoppen, “cabezas de oveja”. Según cuenta una leyenda, el duque Juan II quiso dar gracias al pueblo por la aguerrida lucha contra la cercana localidad de Malinas. Les dio a elegir entre la construcción de una universidad o un mercado de ganado (satpelrecht). Los habitantes eligieron lo segundo y el duque en un suspiro dijo: ¡Qué cabezas de ovejas! Al final, la universidad se la llevó la población de Lovaina que en 1425 se convirtió en la primera creada en Flandes.
El 20 de octubre de 1496, Lier celebra el matrimonio entre Felipe el Hermoso y Juana de Castilla y Aragón. En el siglo XVII pierde el esplendor de otras épocas de las que conserva un rico patrimonio como la Torre del campanario y su Lonja. Siglos de olvido y el brutal saqueo al que fue sometida durante la Primera Guerra Mundial por las tropas alemanas la llevan a momentos de letargo y melancolía.
El célebre autor flamenco Timmermans le devuelve a la luz cuando en 1916 publica su novela Pallieter, cuyo nombre pasará a ser el nuevo apodo de los habitantes. Grandes figuras del arte, de la literatura y las matemáticas son oriundos de esta ciudad, generando un movimiento cultural y artístico. El relojero y astrónomo Louis Zimmer construyó otro de los grandes símbolos de la ciudad, una colección de tres relojes, de notoria fama mundial, presentes en varias exposiciones universales. Gracias a estas figuras, Lier volvió a estar presente en la historia de Bélgica.
Después de un poco de historia, la cual pienso, que es muy necesaria, os voy a dejar algunos de los lugares que visitamos y que merecen muchísimo la pena.
PARQUE DE LA CIUDAD:
Al cruzar el canal de Nete, os podéis adentrar en el Parque de la Ciudad. Un bello jardín extramuros punto de encuentro y lugar de ocio para los habitantes. Pequeños estanques, puentes de hierro y alguna que otra gruta artificial salen a nuestro encuentro. Justo a la salida del Parque se encuentra el acceso al casco antiguo donde destaca el monumental edificio del Museo Histórico Cultural.
TORRE ZIMMER Y RELOJ ASTRONÓMICO:
La entrada al casco antiguo de Lier es casi de cuento, un puente repleto de flores sobre el canal y restos de la antigua muralla donde sobresale la Torre Zimmer, con el impresionante reloj astronómico que conmemoró el centenario de Bélgica como país independiente.
GROTE MARKT Y LA TORRE CAMPANARIO:
Pasear por las calles de Lier al caer la tarde es adentrarse en un mundo de terraceo, de charla con amigos, de agradable calma. A veces tienes la sensación de encontrarte en una villa mediterránea.
Su pequeño centro histórico es peatonal por lo que resulta muy agradable callejear sin rumbo. Siendo interesante destacar, como en Lier todas las calles llevan a su elegante Grote Markt, donde destaca la bella Torre Campanario (Beffroi), símbolo de la independencia de la ciudad. Junto a otros veintidós campanarios de Bélgica, está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
BEATERIO:
En este Beaterio ya no vive ninguna beguina, la última de ellas, la hermana Agnes, falleció en 1994. El barrio es ahora lugar de talleres de artistas, de hotelitos con encanto y casas particulares. El beaterio consta de once calles con más de 160 casitas en torno a la Iglesia barroca de Santa Margarita.
Lier sin lugar a duda, es un sitio con muchísimo encanto, que coquetea con nosotros y nos va embriagando con sensaciones. Espero que, si tenéis un huequito, podáis visitarlo, ya que estoy segura de que no os vais a arrepentir. ¡Espero que os haya gustado este post, nos vemos en el próximo! ¡Feliz fin de semana! 😊
Tengo 21 años y soy de Cádiz, lugar del que estoy totalmente enamorada. Quien me conoce sabe lo mucho que me gusta hablar y presumir de mi ciudad; allí, estudio Derecho y Criminología y Seguridad en la Universidad de Cádiz y este año estoy haciendo mi cuarto curso en la KU Leuven, concretamente el “Máster of Criminology”.
Me encanta leer y sobre todo escribir, cualquier cosa, lo primero que se me pasa por la cabeza o a veces cosas más elaboradas, me considero una persona bastante feliz y optimista, que le gusta ver el lado bueno de las cosas, así que vengo a aportar un poquito de mí al blog.