La ciudad de Brujas ofrece a todos sus visitantes una rica y variopinta variedad de reclamos turísticos. Conocida como la Venecia del norte, sus canales surcan el centro histórico sirviendo de arterias fluviales que se llenan de pequeños barcos a motor para regocijo de los turistas. Poderosa ciudad al ocaso de la Edad Media, Brujas rebosa historia en cada plaza, calle o edificio. La oferta cultural es de las mejores de Europa, ya que la ciudad contiene museos de todo tipo, tanto de arte, como de historia, pintura…incluso de chocolates y de patatas fritas. Sin embargo, el museo que os presentamos hoy es algo menos convencional y no apto para aprensivos.
Estamos hablando del Museo de la Tortura, localizado en la Wollestraat, a escasos cinco minutos de la plaza del campanario. El museo se encuentra en el edificio De Oude Steen, que está considerado una de las prisiones más antigua de Europa y que ha sido acondicionado para albergar una exposición que te dejará boquiabierto. En un pequeño sótano, que le da un aspecto aun mas lúgubre, más de cien piezas autenticas completan la colección. Durante nuestro recorrido, los utensilios más escalofriantes que nos podamos imaginar dan cabida en este lugar, ambientado también con diversos cuadros y pinturas de lo época que ponen en relieve la horrible tortura de aquellos años.
Además de la gran cantidad de piezas que presenta la colección, podemos encontrar un libreto muy completo con muchísimas explicaciones cuidadas hasta el más mínimo detalle. El libro está traducido al español, y también incluye un apartado sobre la pena de muerte en el mundo y cuando se dejó de ejercer. Todo está cuidado al más mínimo detalle y las explicaciones son muy completas. Su precio para estudiantes es de tan solo cinco euros, y os puedo asegurar que merece la pena. Conocerás todas las técnicas de la Inquisición, y aprenderás la historia del hombre en el que está inspirado Drácula. Un museo para nada convencional, pero que sin duda merece la pena visitar.
Soy un madrileño, bastante castizo, nacido hace casi 24 años. Llegué a la ciudad de Lovaina hace dos años para estudiar un Master en Ingeniería biomédica. Soy un gran amante de la literatura y de la historia (sobre todo de las Guerras de Flandes, así que estáis de suerte).
Estos años me he dedicado, además de a beber cerveza, a recorrer los paisajes flamencos en bicicleta. Por tanto, mi idea es enseñaros algunos trucos y rutas interesantes aptas para todos los gustos y condiciones físicas.
Soy un enamorado de la arquitectura flamenca y brabanzona, y me gustan mucho los pueblecitos pequeños, así que intentaré enseñaros lugares menos conocidos o frecuentados. Como ya habréis podido imaginar, soy un gran amante de la cerveza belga ( siempre con responsabilidad) y tanto tiempo aquí me ha dado la oportunidad de probar muchas, así que haré alguna que otra sugerencia para aquel que se deje aconsejar.
Tampoco faltará información sobre festivales de música de todo tipo y forma, uno de los mayores atractivos veraniegos, y de vez en cuando algunos consejos sobre donde comer platos típicos, restaurantes con encanto, alguna fiesta que otra… todo lo necesario para disfrutar de un verano inolvidable.