Gante es una de las ciudades más bonitas y famosas de Flandes. Tuve la suerte de visitarla, y creo que no será la última vez. Es una maravilla perderte por sus calles entre iglesias y castillos, pasear por sus plazas o junto a sus canales. Sin duda, la fama turística de Gante está bien merecida.
La ciudad donde nació el Emperador Carlos V se encuentra a medio camino entre Bruselas y Brujas, a no más de media hora en tren de cada uno, en la confluencia entre dos importantes ríos flamencos, el Escalda y el Lys. Desde Lovaina te plantas allá en menos de una hora. Hoy en día cuenta con alrededor de 250.000 habitantes y es la ciudad flamenca con mayor número de edificios históricos, debido a su rico pasado como centro comercial del Medievo, lo que puede hacer una idea de lo que es pasear por ella.
Hay que acercarse al centro histórico para disfrutar al máximo de Gante. Ahí se encuentran las tres torres más famosas de la ciudad: la Torre del Campanario (“Belfort”) del siglo XIV, que con sus 91 metros es un símbolo del gran poder de los gremios en esa época, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Como curiosidad decir que en ella existe una exposición de campanas y otra de dragones y es muy conocida una campana llamada “Roland”, en la que destaca un dragón pintado en oro. Cerca de ella está la torre de la Iglesia de San Nicolás, del siglo XIII, devastada durante la época napoleónica y reconstruida después, y el campanario de la Catedral de San Bavón, famosa porque allí fue bautizado Carlos V y porque en ella se guarda el tríptico “La Adoración del Cordero Místico”, conocidísima obra de los hermanos Van Eyck, a la que le falta uno de los paneles, robado en 1934, (obra que no pude ver, pues la estaban restaurando). Al lado de estas iglesias prácticamente, se encuentra también otro edificio llamativo, el Ayuntamiento, que siguiendo la corriente de las ciudades de la zona, es un edificio imponente con gran variedad de estilos, desde el gótico flamígero al renacentista más sobrio.
Algo más lejos, si hay ganas de pasear un poquito, está el Castillo de los Condes de Flandes, magníficamente restaurado, con su foso y todo, donde hay además una exposición de instrumentos de tortura, para los más morbosos…
Pero sin duda no hay que perderse un paseo por los canales, entre sus puentes, zona de gran cantidad de restaurantes y bares. Destacan el conocido como “Muelle de los Herboristas” o “Graslei” y el “Korenlei”, “Muelle de los Graneros”, unas zonas preciosas con sus edificios históricos y gran variedad de arquitectura, junto al canal, muy frecuentada por los más de 40.000 estudiantes con los que cuenta la universidad de Gante. Porque además del patrimonio histórico, Gante es una ciudad con una gran riqueza cultural y una famosa vida nocturna, ayudada por el gran número de estudiantes. Exposiciones, museos, conciertos, la vida social de Gante tiene mucho que ofrecer, y destaca entre otras ciudades.
En definitiva una ciudad preciosa, con mucho encanto y una gran vida, donde poder disfrutar pasando un día o dos… o más. Es una de esas visitas incuestionables al pasar por Flandes.