Supongo que es fácil decir que la vida es como un parque de atracciones: ahora arriba, ahora abajo. Pero lo difícil, sin duda, es darse cuenta de la sabiduría que contienen las palabras sencillas. Aunque se tarde años, algún día, se llega a entender que todo cuenta. Que todo suma, que todo nos ha hecho llegar hasta aquí, hasta hoy. Y damos las gracias. Y hacerlo no es, en absoluto, fácil. Por que la vida es algo muy sencillo que se nos complica continuamente. Hacer definiciones simplificadores nunca estuvo bien visto.
No podría resumir en una enciclopedia lo que cuenta el agua en un minuto. Me solicitan que resuma un año en un post. El año más vacío, el más complicado de resumir. No me abrumo, y me permito hablar del proceso, porque el registro está enviado. Recibieron, y recibirán, mis cartas aquellas personas que significaron para mí un paso más en mi camino. A ellos, darles las gracias es más fácil, aunque el ego en ocasiones destruye relaciones.
Las pulseras, la gente las conserva como medallas.
I SURVIVED LEUVEN. La única importante para mí, es la que no conservo. Se la dí a ella.
He visto coches marchar. Tantas carreteras… Recuerdo la primera vez que estuve en este país, en estas carreteras. Charleroi-Bruselas. 2010, el tiempo vuela, los aviones vuelan. Volamos (Clica aquí para leer cómo nos fue el vuelo) Bruselas-Londres. Para despedir el bachillerato un año antes. Toda la vida con prisas. Veo un futuro lleno de aviones y bicicletas, porque así viajamos los pobres. En vuelos chárter de última hora.
3 besos y un enorme abrazo. Cambiando las categorías, de conocido a belga, de belga a amigo. Es cierto que los belgas son especialitos, pero hay algunos que hacen el año especial. Para ellos he sido el que ha estado este año. Para mí, han sido mi año. Ahora, parte de mi vida. Un pequeño temblor en su vida que no se desestabiliza. Para mi vida desestabilizada, una viga de construcción. Ahora cambian las tornas; al principio del año, era lo que dejaba, ahora ellos se quedan, y yo me marcho. Cuánto menos traigas, más te llevas. ¿Qué me llevo? Hay que venir vacío.
Grandes moles de cristal capitalista. Una sociedad que no se da cuenta que lo único que llena es el vacío. Las cosas gratis de la vida no tienen precio. Respirar es mi nueva droga.
Continúo jugando a ser periodista de taxistas, preguntando sobre sueños por frustrar.
– Make some money, travelling and see with my own eyes… that everywhere is the same.
– But…, what do you mean with the same?
– People live their life; in a different way, it’s true; but it’s like that. Everybody is living his life…
– Just go with the flow…
Hoy he dicho adiós al niño que fui, a esa parte de la infancia que Tom-Tom representaba. Un niño de 12 años, 40 kilos, 145 cm de estatura y la cara más mona que he visto este año. Me comentó el jueves pasado, golpeándose el corazón, que empieza la educación secundaria el lunes que viene (mañana): “I am getting old man”. Sus ojos verdes como lunas de esmeralda aplastan mi corazón, y la losa del tiempo me asfixia un poco más. La siguiente vez que me vea a Tom, no será Tom. Muchos cambios le esperan en muy poco tiempo. Hoy en el campeonato nacional de Bboying en Bobbejaanland él ha quedado tercero de su categoría. Hace un año, no pasaba las calificaciones previas. Empieza la ESO… tendrá muchas historias que escribir. Sonrío mientras lloró imaginando que la barba que le crecerá, algún día parará mis lagrimas. Me arrodillo ante ti, pupilo.
Siempre hay belleza aunque sea poca y esté escondida. Es cuestión de aprender a mirar, de escuchar a los pájaros. En Bélgica, después de llover, sale el sol. Pero, de manera excepcional, los arco iris solo se provocan en las ferias del diablo, Duveltjes Kermis, esos momentos de irrealidad en los que además de llover, sale el sol.
Vuelta a lo efímero. Pulso enviar y mando un What’s App: “If I were alone right now, I would be crying.” En Bobbejaanland el molino eólico sigue girando.
P.D. Nunca hubo adioses, que todo fueron hasta luegos. Nunca aprendí a decir adiós. Siendo la muerte una situación tan irrevocable, me dan miedo las despedidas.