Seguramente algunos de los corresponsales anteriores ya os habían hablado de este acogedor, y a la vez pintoresco, café. Pero desde que lo descubrí supe que yo también os quería hablar de él. Dewerf, no sólo llama la atención desde fuera, con todos esos farolillos en la terraza y las mantas de colores, sino que dentro puedes encontrarte con objetos tan curiosos como unas herramientas de juguete colgando de la pared o unas cabezas de ciervo. (Eso por no hablar de los curiosos cubos con rollos de papel de cocina que presiden todas las mesas).
Pero aun así no deja de ser un lugar acogedor. Dewerf se encuentra en Hogeschoolplein (una plaza cerca de la facultad de Derecho), y normalmente está lleno de
estudiantes, sobre todo la terraza cuando llega el buen tiempo y a la hora de cenar (bueno, me refiero a su hora de cenar que puede ir entre 7 o 10). Pero por la mañana se convierte en un lugar tranquilo en el que puedes encontrar mesa fácilmente y es un buen lugar para desayunar (tienes diferentes menús a un precio asequible, por ejemplo café o té y una tostada con un montón de cosas para untar, por 3,90€). Sí, sí, para untar también te dan la adictiva crema de speculoos (si no la habéis probado aún ya estáis tardando) y sobre todo os recomiendo que probéis el tiramisú de speculoos. ¡Uf, nunca unas galletas habían sido tan adictivas! (Y si la excusa para no probarlo es que no os gusta el café, tranquilos que este tiramisú no lleva café, es de speculoos, ¿recuerdas?)Y nada, que si no sabéis dónde tomar algo con vuestros amigos Dewerf es vuestra solución. También es un buen lugar para comer (hacen wraps y diferentes tipos de platos), y antes de que os asustéis leyendo el menú en flamenco os aviso que podéis pedirlo en inglés, que también lo tienen. Pero quién sabe, si vas con tu buddy (yo descubrí este lugar gracias a la mía) puede que aprendas algunas nociones básicas de flamenco si es él quién te traduce la carta. Eso ya depende de las ganas de cada uno…