Hoy estamos tristes, pues ya se han cumplido 4 meses de mi (nuestro) #ErasmusLovaina… Aunque en Leuven es casi imposible que nos dure mucho la melancolía, y más pudiendo ver una de las más bonitas tradiciones de Europa.
En muchos países de Europa es tradicional durante las fechas de Navidad llenar las calles de vida y ambiente, con los famosos mercadillos navideños. Estos mercados son el símbolo de las ciudades flamencas en Navidad, desplegando un gran número de puestos, atracciones y bares en calles y plazas, que atraen a muchísima gente y te permiten conocer un aspecto de Flandes que no verías en otra época…
¿Dónde y cuándo?
En Leuven, desde el 7 al 21 de diciembre, en Mgr Ladeuzeplein.
En Brujas, desde el 20 de noviembre al 3 de enero, en Simon Stevinplein, Walplein y Grote Markt
En Hasselt, desde el 19 de noviembre al 8 de enero, en Colonel Dusartplein.
También hay mercados en Gante, Amberes, Bruselas o Malinas… En general todas las ciudades tienen alguno o algunos, más grandes o más pequeños.
¿Y por qué son especiales?
Los mercadillos de Navidad son muy especiales, en primer lugar porque sólo se montan en Navidad. Son mercados en los que hay puestos de venta de muchos productos, como en los mercados semanales, pero con algunas diferencias. En primer lugar, los puestos son casitas de madera de verdad, en vez de simples mesas techadas donde vender tu mercancía. Las casitas están adornadas con motivos navideños, nieve y luces. También hay puestos situados bajo carpas, en los sitios donde no sobra el espacio.
En segundo lugar, los productos son un poco más especiales que en los mercados comunes, acordes al tema: figuras de navidad y belén, artesanía, gorros y jerséis, velas… Pero sobre todo, comida y bebida: dulces, pasteles, caramelo, mazapán, o bombones y chocolate, pero también café, glühwein, salchichas o hamburguesas.
Por último, el ambiente del mercado es diferente, aunque los semanales están concurridos, en los de Navidad no cabe ni un alma (no hasta el punto de agobiar). También muchos de los puestos son bares con música, que complementan el bullicio de la gente y de la música ambiental desde altavoces camuflados. No sólo hay puestos y bares, sino también atracciones para los niños, balancines gigantes como en Bruselas, casetas de Sinter Klaas donde hacerse fotos, como en Leuven, norias, tiovivos o pistas de patinaje como en Brujas… Todo ello le da a los mercados de navidad un carácter muy especial, que hace que a los visitantes les encanten.
El de Leuven se sitúa en la plaza de Mgr Ladeuze, en una ubicación privilegiada, enfrente de la Biblioteca de la Universidad. Miles de personas se reúnen allí durante esos días para tomar algo, pasear o comprar algo. La verdad es que es un mercado enorme, ocupando las dos plazas que rodean el edificio de la biblioteca. Puedes probar muchas cosas que te ofrecen desde los puestos, mientras los vendedores te hablan en inglés o algunos en español, buscando que les compres algo. El puesto que más me gustó fue uno en el que vendían mazapán de un montón de sabores, en el que la gente se pasaba varios minutos buscando el que más le gustase.
Al igual que la mayoría de mercados, como ya hemos dicho, en Lovaina hay puestos, bares donde beber glühwein, cerveza o jenever (nuestra famosa bebida), disfrutar de unas salchichas o hamburguesas, o chocolate caliente o calvados, el antiguo brebaje vikingo. En la parte central del mercado se encuentra el poblado de Sinter Klaas, donde se pueden hacer fotos, con él o con los renos, montar en tiovivo (para menores de 6 años ), o simplemente disfrutar de la vista de la torre de la Biblioteca iluminada. Un gusto pasearse por allí.
Recomiendo el de Grote Markt de Brujas con su pista de hielo y sus muchos puestos de comida típica, el de Sainte Catherine en Bruselas, con su noria, y, cómo no, el de Lovaina. Fotos en nuestro Flickr. Navidad desde la mejor ciudad de Flandes, con #ErasmusLovaina