¡Un saludo lectores! Espero que estéis todos bien.
Anoche entre tertulias, mis compañeros de experiencia Erasmus y yo, decidimos aventurarnos en un plan bastante improvisado. Serían las 20:30h cuando se apagan las luces de las casas y se enciende la bombilla de las malas ideas. Os tengo que recordar que aquí en Bélgica se cena a las 6 de la tarde, y anochece aproximadamente a la misma hora, lo que se traduce en un atraso progresivo del tiempo durante todo el invierno, donde es muy probable que a media tarde sientas casi que es el mejor momento para echarse a dormir.
Fue un poco así: ¿Qué os parece si nos damos un paseo nocturno en bicicleta? A lo que no hizo falta respuesta. Aviso a navegantes: cuidadito con las horas que tenemos toque de queda en todo Amberes a las 12 de la medianoche como Cenicienta.
He de decir que, aparentemente, es un plan simple. Pero aclararé que pocas experiencias hay mejores que poder disfrutar de la ciudad iluminada, silenciosa y vacía. Y no amigos, no es lo mismo que pasear. No sabéis bien lo agradable que puede ser el aire fresquito en la cara después de meterse una buena cena entre pecho y espalda.
Recorrer las calles del Meir sin ni una sola parada, cruzar la opera con vistas a la estación Central de Amberes; el edificio de ensueño con el que tanto os doy la chapa. Acercarse a la Groen Plaats con las terrazas iluminadas, aunque tristemente vacías. Visitar el Grote Markt y sus pequeñas figuras relucientes que decoran las antiguas casas gremiales situadas en lo alto de cada vértice. Y la guinda del pastel, el paseo por la ruta del río escalda. Os aseguro, una paz indescriptible.
Ya se que son tiempos complicados para todos, y que a veces no es fácil encontrar una buena idea para hacer con nuestras personas de contacto, pero siempre hay soluciones y alternativas, de hecho, muchas experiencias ni siquiera barajamos porque contamos con otros planes más elaborados. En fin, creo que solo es cuestión de aprender a disfrutar de las cosas banales que nos ofrece la aventura de vivir fuera de casa. Y afortunados lectores, es muy cliché pero… nunca es tarde si la dicha es buena.
Os escribo este post con una sonrisa de oreja a oreja porque se a ciencia cierta que este es nuestro último empujón. Mucho ánimo a todos! ¡Y feliz fin de semana!
Mi nombre es Eva Herrero y soy la nueva corresponsal Erasmus para las ciudades de Amberes y Lovaina. ¡Estudio cuarto de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad de Salamanca y estoy muy contenta de poder compartir de hoy en adelante todas mis experiencias con vosotros!
Solo llevo aquí un día, pero me ha bastado para comprender que Bélgica es el país de las bicicletas, la ciudad está repleta de ciclistas y las calles están perfectamente acondicionadas, aunque el caos entre transeúntes a veces resulte inevitable.