Gante está llena de árboles y de canales. Sí. Pero a veces se echa de menos un parque con su buen césped para tumbarse una tarde al Sol. Además, y en una costumbre que igual deberíamos imitar, los pulmones verdes de la ciudad están repletos de rincones por descubrir, con monumentos y fuentes que son el complemento perfecto para nuestro paseo.
Empecemos por Citadel Park.
Este parque, que se encuentra junto a la estación Sint Pieters, contiene dos museos: el Stedelijk Museum (Museo de Arte Contemporáneo) y el Museo de Bellas Artes de Gante. Ambos edificios son bastante sorprendentes, de hecho, el museo de bellas artes tiene un estilo arquitectónico basado en los cánones clásicos, con frescos y columnas que no te dejarán indiferente.
Fachada del museo de Bellas Artes de Gante
Es un parque bastante grande, con dos lagos muy tranquilos (la imagen que tienes en la cabeza de un lago con patitos nadando, pues exactamente esa), tiene diversas rutas que se pueden atravesar a pie o en bicicleta, incluso no te sorprendas si de repente te ves dentro de una cueva.
Ya es Otoño en el Citadel Park
Además, el parque se encuentra junto al campus Ledeganck de la Universiteit Gent, el cual contiene el jardín botánico de dicha institución, en el que podemos encontrar diversas especies de plantas, un lago con nenúfares, y un largo etcétera.
Eso sí, procura no pasear por aquí hasta muy tarde.
Voy a hablaros ahora de otro parque, el Muinkpark, que se encuentra muy cerca del kinépolis y las residencias de la UGent. No es demasiado grande, y tiene más árboles y senderos que césped y lagos, pero esconde una grata sorpresa, y es que en sus calles aledañas se realiza un mercadillo con todo tipo de productos y antigüedades. Además, si tienes suerte (como yo la tuve) puedes encontrar algún tipo de acto o concierto que se esté celebrando allí. En mi caso, me topé con un concierto de jazz y varios foodtrucks. Un plan improvisado bastante rico.
Un viernes cualquiera en Gante
Por cierto, igual os sorprende encontrar en esta zona calles del tipo Buffelstraat o Alpacastraat. Esto se debe a que el parque es el último remanente del antiguo zoo de la ciudad de Gante y, en su memoria, estas calles llevan el nombre de los animales que allí hubieron.
Muy cerca se encuentra el Koning Albertpark, que es el sitio perfecto si lo que nos apetece es hacer algún tipo de ejercicio al aire libre (acroyoga, que nos encanta) o simplemente tumbarnos a la bartola a charlar o tomar unas cervecitas (en envase de plástico, eso sí, que está prohibido estar con vidrio por la calle). Es un parque amplio, bonito, y, hacia el sur, podemos encontrar un monumento a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, que aquí se sufrió en toda su dureza.
Monumento a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial
Finalmente, y ya más hacia las afueras, podemos encontrar el Baudelopark, que es ideal para ir con niños puesto que tiene un parque infantil, y está cerca de la Iglesia de San Jacobo y el MIAT, museo del tejido y el traje. También podemos encontrar el Groenevalleipark que, como su nombre indica, tiene una serie de colinitas y valles, es bastante grande y está junto a un canal, por lo que es una buena opción para parar y descansar si nos estamos moviendo por la zona (se encuentra en Nieuwewandeling).
Gante también se encuentra cerca de espacios naturales y reservas, pero ese es un tema para otro día.
Restos de la muralla de Gante (Ghent PepperMill)
Mi recomendación personal es que veáis los parques de Gante no como un sitio por el que pasar, sino como un lugar en el que también pueden ocurrir muchas cosas, pues, como a mí me pasó, nunca sabes lo que te puedes encontrar.