Mis queridos lectores, hoy me despido😭de vosotros, pero tranquilos que solo hasta el año que viene, no pensaréis que os libraríais de esta corresponsal tan fácilmente😉.
Y pensando, pensando, me he dicho:
¿Y qué mejor que despedir el año con una buena historia, de esas que dejan los sentimientos a flor🌸 de piel, la imaginación a cien🔝 y la boca con sabor a miel🍯?
Por eso, tras unas arduas investigaciones desde mi ventana gantesa, la he encontrado, o mejor dicho, le he encontrado🕵🏼♀️.
Si si, a él, al personaje más famoso y valeroso de las batallas medievales de nuestra apreciada Bélgica, el corcel con mayor fortaleza y arrojo de todo el continente europeo.
✨🐎BAYARD🐎✨
A pesar de su fama en diversas leyendas y mitos, la historia de la que hoy seréis testigos, no deja a ningún ser humano indiferente, ya que nuestro protagonista es especial desde que llegó a este mundo🌍.
Su ADN, mitológico, aleación de hada🧚🏼♀️ y corcel, siendo sus amados padres un dragón dorado🐉como el sol☀️ y una serpiente🐍 mágica🔮, letal pero gentil como la muerte💀.
Desde su infancia tuvo dueño, y no uno cualquiera, el emperador más famoso de toda la historia del Imperio Romano, Carlomagno, decidiendo un día el joven y ególatra cesar, regalar a Bayard a su gran amigo Renaud de Montauban🧔🏻, uno de los cuatro hijos de Aymon.
Pasaron los meses, y parecía que esta amistad era cada vez más irrompible, al menos eso pensaba Carlomagno, ya que un día los cuatro hijos de Aymon traicionaron🔪 al emperador.
Podéis imaginar la cólera👹 de la que fue víctima el romano, ordenando el asesinato a sangre fría de cada uno de ellos, y la entrega de sus cadáveres ante sus divinos y celestiales ojos👀.
Pero un detalle se le escapó, Bayard, el caballo más veloz de Europa, era propiedad de los cuatro pillines del cuento, por lo que no dudaron ni un segundo en saltar sobre su lomo y comenzar a galopar.
Cuenta la leyenda, que la cara de Carlomagno😧 al reparar en que él mismo se había auto boicoteado regalando🎁 a Bayard, fue algo así como el envenenamiento🤢 del emperador Claudio a manos de su propia esposa.
Un poco chungo, por decir algo.
Pero retomemos nuestra historia, ya que entre tanta carrera y galope, Bayard no pudo evitar caer rendido, y cuando digo caer, es en sentido literal, dejando una piedra con su huella impresa👣 en el pavimento.
Tras días y días de búsqueda, Carlomagno se rindió y le ofreció a Renaud una ofrenda de paz😇, pero a cambio, tendrían que atar una piedra de molino al cuello de nuestro querido caballo y lanzarlo al río Mosa para que muriera ahogado.
Como veis la bondad no era el fuerte de este emperador.
Astuto y sagaz, Bayard se percató de todo lo que estaban planeando, por lo que no dudó ni un segundo en comenzar a galopar🐎 sin rumbo, buscando eternamente un hogar, corriendo para siempre salvaje por el paraje de las Ardenas🌳.
Su alma, aún canta al alba🌅.
FIN
Espero que disfrutéis mucho de estos días de vacaciones con los vuestros, y no os olvidéis de cuidaros y… ¡comer!
¡Nos vemos muy pronto!😘
Abrazos de leyenda,
Rosa Bleda💛
¡Hola a todos! Mi nombre es Rosa Bleda y soy estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid, aunque realmente no soy madrileña sino manchega, de un pequeño pueblo llamado Hellín. Entre mis cosas favoritas en el mundo están el arte (pertenezco a un grupo de investigación en la UCM), el cine, la música, el gusto por la comida y sobre todo leer, me encanta que me cuenten historias, sin embargo no niego que algún día quisiera contarlas yo.
Mi sueño es ser comunicadora y trabajar en televisión, pero eso no significa que no aspire a más cosas en la vida, ya que el poder dirigir una película, escribir en un periódico o comisionar una exposición artística me resulta bastante tentador. También la idea de doblar algún personaje en un futuro o interpretar una obra de teatro, como La Casa de Bernarda Alba o La dama del alba, y eso que no me llamo Alba.
El motivo por el que elegí Bélgica como país de destino Erasmus, es que siempre me he sentido muy atraída por dicho país y su cultura, uno de mis pintores y comidas favoritas son procedentes de ese mágico lugar, cómo no Magritte y los gofres, combinación majestuosa donde las haya. Pero ojo, que no me olvido de las famosísimas y más que aclamadas patatas fritas, otro de mis favoritos en mi menú personal, aunque también quiero lanzarme a probar todo tipo de plato típico ya que mi sueño frustrado siempre será el ser crítica gastronómica (Ratatouille tiene gran culpa de ello).
Dicho esto, toca desvelar cuál es la ciudad a la que me dirijo a partir de Septiembre de 2020, y que me acogerá hasta que llegue la Navidad y toque volver a casa como el turrón. Mi destino Erasmus es Gante, esa pequeña ciudad portuaria que en tiempos de juglares era la reina de Europa. Seré sincera, tengo muchísimas expectativas en ella, y no es para menos la verdad.