Vaya… por fin llegamos a este post. Creo que es uno de los que más ganas tenía de hacer desde el mismo septiembre, incluso han ido aumentando con el paso de las semanas que pasaba por esta ciudad y esta universidad. Quizá porque es una de las cosas más singulares, especiales que he visto por aquí; quizá porque en el ámbito de esta fiesta, en compañía de mucha gente he pasado muchas horas este año y vivido momentos en los que difícilmente olvidaré. Este es el espectáculo del TD
El TD es la fiesta de la Universidad Libre de Bruselas por excelencia, organizada por y para estudiantes dando la impresión de que difícilmente pueda salir de este ámbito. Aunque bien es cierto que si me lo hubieran contado es probable que no hubiera podido imaginar que se organizase tampoco en este ámbito ni si quiera.
Se organiza de lunes a jueves en el propio campus de la universidad, que ha cedido un edificio para el disfrute de los estudiantes. Bueno, ahora podríamos decir que lo ha dado por perdido definitivamente. Y es que ya no da la impresión de que se pueda utilizar para muchas cosas más.
Por si acaso existen dudas, de lunes a jueves quiere decir que se organiza lunes, martes, miércoles y jueves, todas las semanas durante casi 3 meses por cuatrimestre. Aquí no se escucha eso de “pero un lunes… ¿un lunes qué hay abierto?” Todos sabemos dónde habrá gente un lunes cualquiera.
Esta fiesta está organizada por los círculos, las diferentes asociaciones estudiantiles de cara por un lado a su autofinanciación y por otro, poner a disposición de los estudiantes un lugar en el cual reunirte con muchos de tus compañeros de universidad. El precio es bastante asequible, entrar cuesta 2,5€ hasta las 11 de la noche y 4€ hasta las 2 de la mañana, hora a partir de la cual la entrada es libre, la fiesta dura hasta las 3.30 y en el horario belga ya es bastante tarde. En general para los españoles, el hecho de que a las 2 de la mañana sea gratis es tan solo una excusa más para salir. En fin, nos pueden las raíces.
Pero qué es lo que hace tan singular esta fiesta. Bien esta fiesta es un auténtico despropósito. Se podría decir que desafía todos aquellos conceptos que tenemos preconcebidos de qué es una buena “fiesta”.
TD son las siglas en francés de “thé dansant” lo que en una traducción un poco libre podría ser “el baile del té”. Muy inglés, muy refinado y muy elegante. La verdad es que en esta universidad les gusta la ironía ya que os puedo asegurar que la fiesta no merece ninguno de estos calificativos, aceptando mucho mejor decadente, extravagante y sucia, muy, muy sucia.
La Jefke, este edificio cedido por la universidad para su organización, es una especie de hangar en mitad del campus. Entras por la puerta y lo único que verás será una barra y los muros que delimitan este espacio, para qué más. Es un edificio que tras muchas, muchas TDs, no está en las mejores condiciones de higiene digamos. El suelo siempre está húmedo, las paredes tienen moho, hongos y quién sabe qué más puede haber ahí. Pero la verdad que para allá vamos todos encantados.
La culpa probablemente de que todo se encuentre en estas condiciones; es posible que la falta de limpieza contribuya un poco también; es de la cerveza. Y no solo porque provoque grandes borracheras entre los asistentes, sino por la tradición que acompaña a esta fiesta que es la de que los vasos nunca se devuelven a la barra, si no que los vasos se arrojan normalmente con algo de contenido por lo alto de la fiesta, acabando todo el mundo empapado en cerveza y el suelo y las paredes mojados también de muchas cosas que mejor no detallar aquí.
Además el hecho de que cada cerveza cueste un euro ayuda a este fenómeno de los vasos voladores.
Así que… cada vez que uno se dirige para allá es rutinario ya disfrazarse con el uniforme de TD, pantalones malos, sudadera que no importe mucho y zapatillas, en mi caso siempre las mismas que procederé a tirar a la basura cuando este cuatrimestre ponga punto y final.
Después de haber contado todo esto, es posible que alguno albergue dudas sobre si ir. Yo, si me preguntan no tendré duda en contestar un rotundo “¡SÍ!”, una fiesta espectacular y sobre todo muy diferente a lo que habitualmente podemos conocer.
Eso sí, desde luego, mejor verlo. Y si tenéis la oportunidad, mucho mejor vivirlo.