Cuando llegaste a Lovaina a lo mejor te sorprendió encontrar a personas llevando jarras gigantes vestidas con accesorios estrambóticos como brillantes lazos, capas o monos sucios. Además, quizás te contaron que se reunían en salas poco iluminadas donde se llevan a cabo rituales en latín de los que nunca has oído hablar. Si alguno de ellos te invita a unirte a alguno de sus eventos, ¡no te alarmes! No son los Illuminati en versión belga tratando de convertirte. La vida de un estudiante lovaniense está llena de tradiciones y el cantus es probablemente la más importante.
Un evento organizado
Un cantus consiste básicamente en cantar y beber cerveza en comunidad, aunque está permitido llevar tu propio alcohol o agua. Su nombre deriva de la palabra latina “cantare” que significa cantar. La tradición del cantus es común en la vida estudiantil de los belgas y holandeses y surgió en el siglo XVIII en Alemania. Probablemente pensarás “¿Cantar y beber juntos no es algo que todo el mundo hace en los bares?”. Bueno, no exactamente. Un cantus es un evento organizado donde hay un gran conjunto de reglas, tradiciones y rituales que tienes que seguir.
Para empezar, el cantus es controlado por un senior. El senior es el dirigente indiscutible del cantus y se asegura de que todo ocurre de manera –más o menos- ordenada. Decide que canciones se cantan, la mayoría procedentes del libro tradicional de los estudiantes: el códex. En Lovaina todos los estudiantes usan el mismo códex verde que puedes comprar en tu asociación estudiantil. Tiene mucho valor afectivo ya que suelen llenarlos de dedicatorias, dibujos y anotaciones. Un diario personal de las buenas (y etílicas) noches de cantus. Las canciones son normalmente en holandés, alemán, francés, inglés e incluso africano y latín. Sin embargo, siempre puedes encontrar alguna de Bob Dylan. Para acudir a un cantus no necesitas un códex, puesto que te dan hojas con las letras de todas las canciones.
Prosit corona, ad fundum
Puedes beber cuando quieras, pero en ciertos momentos todos debéis beber a la vez. El senior dice “surgite” (“levanta” en latín) a lo que responder “surgimos” (“levantamos”). Entonces él dice “prosit corona, ad fundum” (“compañeros, ¡salud!”) a lo que respondes: “prosit senior, prosit corona, ad fundum”. Siempre tienes que decir estas líneas cuando te bebes el vaso entero. Normalmente no tienes que vaciar el vaso, basta con beber lo que estimes conveniente. Ten en cuenta que un cantus se puede alargar más de tres horas y querrás salir por tu propio pie de él. Después, el senior dice “ad sedes” (sentaos) a lo que respondes con “sedemus” (nos sentamos). Para asegurarse de que el cantus no se convierte en un caos, no está permitido hablar o dejar tu sitio. Sólo puedes charlar e ir al baño durante los descansos o pidiéndolo haciendo una T con tus manos y preguntando “senior, peto tempus” y, a veces, recitar un poema. Puedes ser castigado haciendo un “ad fundum” o con pruebas “especiales” como beber mezclas semi-radioactivas (por ejemplo: un “Charmander”, cerveza con tabasco y demás especias de color rojo) o en posiciones comprometidas.
También puedes brindar con cualquiera de la habitación, excepto el senior, que necesita mantenerse sobrio para dirigir el cantus. Para ello, te pones de pie, levantas el vaso hacia la persona y los dos hacéis un “ad fundum”. Unas cuantas cervezas harán que tu timidez desaparezca haciendo “ad fundum” con cualquiera y creyéndote un gogó bailando sobre la mesa.
No hay fotos documentando este post para no poner en peligro a la cámara y para que vayáis vosotros mismos a experimentarlo. Atentos a las páginas de Facebook de las asociaciones y a cuándo salen a la venta las entradas (rondan los 14€) porque se agotan en seguida. Aunque dicen lo de “la curiosidad mató al gato”, merece la pena dejaros morir de resaca al día siguiente por vivir una noche de cantus.