Poco después de salir del “anillo” o centro de Lovaina, nos encontramos con uno de los lugares más reconocidos de la ciudad: el Castillo de Arenberg.
El nombre de Castillo de Arenberg le viene desde principios del siglo XVII, cuando una familia llamada así se hizo cargo del edificio, como residencia personal hasta la Primera Guerra Mundial. Después, este castillo fue donado a la Universidad por el Gobierno de Bélgica en 1921. Actualmente forma parte de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Físicas Aplicadas de la KU Leuven, parque donde los estudiantes descansan de tantos números… Además, al lado de este existe un antiguo monasterio que hoy en día es la biblioteca del campus de Arenberg.
Respecto al exterior de este castillo, se puede decir que es de estilo flamenco renacentista, restaurado con algo de estilo neogótico. También se puede ver el interior del castillo, concertando visitas guiadas en la oficina de turismo. Además del castillo, su extenso parque con vistas a este, es uno de los mejores a visitar por los alrededores de Lovaina. Cuando sale el sol, los estudiantes y los locales de Lovaina se sientan en el césped enfrente del castillo.
No os lo penséis dos veces, salir del “anillo” de Lovaina y encontraros con esta maravilla.
PD/ Un dato muy curioso es que el primer vuelo de globo de gas tripulado en el mundo se hizo desde el patio que hay frente al palacio en 1783.
Tengo 21 años y nací en Barcelona, aunque vivo en Cambrils, un encantador pueblo marítimo en la provincia de Tarragona. Estudio química en la “Universitat Rovira i Virgili” de Tarragona y he venido aquí para acabar mi carrera universitaria en la UC Leuven-Limburg (associada a la KU Leuven).
¿Y porque decidí presentarme a esta beca para ser corresponsal de Erasmus en Flandes?
Porque soy una química con intereses de “blogger”. Así soy yo, un poco de aquí y un poco de allá, con intereses tan diversos que comprenden desde la ciencia hasta la fotografía, desde la cultura hasta la fiesta y desde los gofres hasta la cerveza belga. Me apasiona viajar, aprender, reír, comer, disfrutar y vivir la vida al límite… Es por ello que decidí acabar mi carrera universitaria en la Salamanca de Europa, Lovaina, y así no perder la esencia de mis raíces.