A unos 10 o 20 minutos en bici del centro de Lovaina, casi casi fuera del conocido anillo (o “ring”) nos encontramos con la parte más verde de la ciudad. Llena de bosques verdes y de prados. Un poco más alejado encontraremos el Castillo de Arenberg (Arenbergkasteel), visita obligada para todos aquellos que quieran disfrutar de la paz de las afueras de la ciudad o de una buena ruta en bici.
El castillo fue construido por los Señores de Heverlee en el siglo XII y reconstruido y ampliado entre los siglos XV y XVI al estilo renacentista flamenco con la venta de los terrenos a la familia van Croÿ.
Willem van Croÿ terminó en 1515 el Castillo de Arenberg, construyendo un monasterio de la orden benedictina de los Celestinos, anexo al castillo. Pero los van Croÿ no disfrutaron mucho de este lugar, ya que menos de cien años después, tras la muerte de Karel III van Croÿ toda la zona pasó a manos de la familia Arenberg, que daría nombre al actual castillo.
El Gobierno de Bélgica donó el castillo a la universidad en 1921, tras habérselo expropiado a la familia Arenberg después de la Primera Guerra Mundial por su relación con los alemanes.
Hoy en día forma parte de la Facultad de Ingeniería de la KU Leuven, además de ser un gran pulmón gracias a sus bosques verdes de alrededor.
Me llamo Andrea Pujol y soy catalana. Estudio cuarto de periodismo en Barcelona. Me encanta descubrir nuevas cosas, nuevos lugares y estoy deseando empezar esta nueva experiencia para relataros todos los detalles de esta maravillosa ciudad.
Los primeros días han sido muy movidos, sin ningún momento de pausa habituándome a la ciudad y a sus costumbres. He pasado por calles importan
tes, por grandes plazas y también por callejuelas perdidas. Lovaina tiene un encanto difícil de encontrar en cualquier otro lado.