El Jardín Botánico de Bruselas se encuentra al principio del barrio de Saint-Josse-ten-Noode y ha sido uno de los lugares que más he visto durante mi estancia Erasmus.
Aunque se llama ‘Parque botánico’ no esperéis encontraros miles de plantas y vegetales diversos con sus etiquetas correspondientes pues hoy en día es un parque público que solía ser el antiguo jardín de las plantas de Bruselas y se ha reconvertido en un verdadero centro cultural. Sin embargo, si somos amantes de las plantas tenemos que deciros desde el mes de abril a junio nos encontraremos con 2.500 iris en 40 variedades y es un espectáculo digno de ver.
Pero este no es un simple parque donde pasar las tardes, si os va más la marcha ¡No os preocupéis! Siempre hay algo pasando en el Jardín Botánico: Conciertos diversos, Food trucks, fiestas… La verdad es que es un sin parar y nos encanta. Cuenta con teatros, salas de exposición, un museo y un acogedor bar. Siempre que hay conciertos se suele respirar un ambiente ecléctico y alternativo con muchísima gente disfrutando de la cúpula, el bar, o tomando el sol desde las escaleras.
Además del característico edificio por el que todo lo reconocemos, cuenta con un sendero boscoso que nos llama atención por su gran tamaño. Cuando estaba de exámenes, este es el lugar al que vendría con mi amiga a despejarme prácticamente todas las tardes, y nunca nos aburrimos de él.
¡Así que ya sabéis, vuestra próxima escapada de la rutina tiene que ser al Jardín Botánico!
Me llamo Guadalupe y aunque nací en Buenos Aires (Argentina) he estado viviendo la mayor parte de mi vida en España (Concretamente en Cataluña y Andalucía). Estudio Publicidad y RRPP y mi debilidad es la creación de contenido audiovisual, eso quiere decir que llevo mi cámara a todos los sitios y tengo una obsesión por documentar mi pequeño paso por la tierra.
Hace un año justo decidí echar la beca para venirme a estudiar en Bruselas y un año después me encuentro aquí, en el centro de la capital europea con miles de historias y experiencias que he vivido en mi primer semestre.
En resumen podría decir que mi primer semestre en Bruselas estuvo repletísimo de emociones; Al principio, me resultó un poco duro alejarme de todo aquello que conocía y había aprendido a querer en España, pero poco a poco Bruselas y su gente me enseñaron que esta ciudad tiene mil y un rincones que hacen que sea imposible aburrirse y hoy en día resulta imposible despegarme de este rincón de Europa al que puedo llamar con orgullo ‘hogar’.