Probablemente cuando vayamos a ver el Palacio Real de Bruselas hayamos decidido darnos un paseo por el bonito Parque de Bruselas. Si hace buen día podremos ver a niños correr, gente paseándose en su bici o hasta algún pequeño concierto…Pero ¿Qué es esta extraña escultura que nos encontramos?
El creador de esta obra es un ilustre bruselense, Jean-Michel Folon, nacido en Uccle en 1934. Después de estudiar arquitectura, consagraría su vida al arte, llegando a ser un reconocido escultor, ilustrador y pintor.
Esta obra es bastante reciente, pues data de 1997. La inauguración vino acompañada de la realeza, que decidió aparecer de improvisto en este acto. Pero aparte de ser estéticamente atractiva, esta obra esconde un fuerte mensaje.
Entre 1995 y 1996 se produjeron una serie de asesinatos de mano de Marc Dutroux, un hecho trágico que hizo que Jean-Michel Folon creara esta obra esculptórica para homenajear a las víctimas. Además, esta obra conmemora también a todos los niños desaparecidos.
La obra, llamada ‘Le message’, lanza un mensaje de paz y solidaridad como un soplo de aire fresco en un mundo de injusticias y violencia.
Como habréis podido comprobar, este parque no solamente sirve para darse una vuelta si no que nos invita a pasear (Como también pasa con la estatua de Freddy Tsimba)
Esperamos que Jean-Michel Folon os haya tocado el corazoncito, a nosotros os aseguramos que lo ha hecho.
Me llamo Guadalupe y aunque nací en Buenos Aires (Argentina) he estado viviendo la mayor parte de mi vida en España (Concretamente en Cataluña y Andalucía). Estudio Publicidad y RRPP y mi debilidad es la creación de contenido audiovisual, eso quiere decir que llevo mi cámara a todos los sitios y tengo una obsesión por documentar mi pequeño paso por la tierra.
Hace un año justo decidí echar la beca para venirme a estudiar en Bruselas y un año después me encuentro aquí, en el centro de la capital europea con miles de historias y experiencias que he vivido en mi primer semestre.
En resumen podría decir que mi primer semestre en Bruselas estuvo repletísimo de emociones; Al principio, me resultó un poco duro alejarme de todo aquello que conocía y había aprendido a querer en España, pero poco a poco Bruselas y su gente me enseñaron que esta ciudad tiene mil y un rincones que hacen que sea imposible aburrirse y hoy en día resulta imposible despegarme de este rincón de Europa al que puedo llamar con orgullo ‘hogar’.