Si ayer hablábamos de las maravillosas pizzas🍕 resucitadoras que nos preparaba nuestra querida Aurelia, hoy no hemos podido evitar dejar un pequeño hueco para la gran joya💎 de la corona👑.
Y menuda joya, de esas que te dejan manchas de chocolate alrededor de la boca y regustillo dulce en la punta de la lengua👅, todo un elemento delator de glotones desesperados con mono de azúcar.
¿Soy uno de ellos?
Para nada.
¿Cómo dices?
¿Que qué tengo en los dientes?
Venga sí lector ríete un rato, que me pillas pero bien, aquí no hay forma de comerse un gofre sin que me pilléis con el piño decorado🍫.
Bueno pues ya que estoy te cuento el nuevo lugar que he descubierto en mi andanza en busca del gofre perfecto🤩, y fíjate que llevo probados unos cuantos, pero no soy de rendirme y lo sabes.
Escucha, óyeme, que nos vamos pitando para…
✨OYYA✨
La heladería🍦 más vanguardista de todo Gante, con once años de experiencia en combinaciones únicas y sorprendentes, que se pasó a los gofres para dar con el postre PERFECTO.
Mathieu Eyckmans, el fundador de esta casa🏡 de la crema helada y la masa crujiente, es todo un inventor de recetas capaces de movilizar a ciudadanos de toda Bélgica, convirtiéndonos de nuevo en niños felices y redonditos de dulzor.
Con Oyya, el helado artesano y tradicional dejó de ser cosa de italianos, siendo su fusión de leche🥛 fresca, avellanas🌰 del Piemonte, fruta ácida y jugosa🍓, vainilla bourbon… puro patrimonio heladero belga.
Pero a pesar de tanta maravilla glacial❄️ mi corazón❤️ pertenecerá siempre al postre metacuadrado, los gofres de Lieja, horneados cada día y bautizados con la magia Oyya.
¿Qué es la magia🔮 Oyya? Las increíbles perlas de azúcar que se derriten dando a nuestro postre la consistencia crujiente de una ligera capa de caramelo, cristalizando la experiencia en tu boca y fundiéndose con la temperatura de un chocolate caliente o la frescura de una bola de helado🍨.
Los 365 días del año son época de Oyya, no lo olvides mi querido amigo.
Os dejo que me voy pitando a… atusarme el piño😉.
Besos helados☃️,
Rosa Bleda💛
¡Hola a todos! Mi nombre es Rosa Bleda y soy estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid, aunque realmente no soy madrileña sino manchega, de un pequeño pueblo llamado Hellín. Entre mis cosas favoritas en el mundo están el arte (pertenezco a un grupo de investigación en la UCM), el cine, la música, el gusto por la comida y sobre todo leer, me encanta que me cuenten historias, sin embargo no niego que algún día quisiera contarlas yo.
Mi sueño es ser comunicadora y trabajar en televisión, pero eso no significa que no aspire a más cosas en la vida, ya que el poder dirigir una película, escribir en un periódico o comisionar una exposición artística me resulta bastante tentador. También la idea de doblar algún personaje en un futuro o interpretar una obra de teatro, como La Casa de Bernarda Alba o La dama del alba, y eso que no me llamo Alba.
El motivo por el que elegí Bélgica como país de destino Erasmus, es que siempre me he sentido muy atraída por dicho país y su cultura, uno de mis pintores y comidas favoritas son procedentes de ese mágico lugar, cómo no Magritte y los gofres, combinación majestuosa donde las haya. Pero ojo, que no me olvido de las famosísimas y más que aclamadas patatas fritas, otro de mis favoritos en mi menú personal, aunque también quiero lanzarme a probar todo tipo de plato típico ya que mi sueño frustrado siempre será el ser crítica gastronómica (Ratatouille tiene gran culpa de ello).
Dicho esto, toca desvelar cuál es la ciudad a la que me dirijo a partir de Septiembre de 2020, y que me acogerá hasta que llegue la Navidad y toque volver a casa como el turrón. Mi destino Erasmus es Gante, esa pequeña ciudad portuaria que en tiempos de juglares era la reina de Europa. Seré sincera, tengo muchísimas expectativas en ella, y no es para menos la verdad.