Cuantas cosas por ver y por hacer. Hace unos días estuve en el museo de historia militar, se encuentra en el parque del cincuentenario y es uno de los más grandes de Europa (por no decir el mayor) de esta temática y muchos debaten que sea la mejor colección mundial.
Es cierto que antes de entrar piensas ¿Museo de la armada? ¿A ver escopetas? Pero si entras, cambiarás radicalmente de opinión porque la verdad es que el museo es impresionante. Para empezar, tengo que decir que es gratis, algo que no muchos museos ofrecen a no ser que vayas un día del mes exacto. Si quieres una audioguía te cobrarán 3€ adicionales, pero puedes prescindir fácilmente de ella si sabes un poquito de historia.
El museo tiene varias colecciones. Por un lado, gran parte exhibe material del ejército belga desde el año 1700, haciendo que te sumerjas profundamente en su historia con sonidos de bombas y tiros, trajes napoleónicos, armaduras, espadas, monedas y una progresiva evolución en el desarrollo de las armas de la época pero centrándose sobre todo en el periodo de la Segunda Guerra Mundial.
Luego están las zonas más impresionantes y que más me gustan del museo, donde se encuentra la colección de tanques y de aviones. Ver tanques reales te deja con la boca abierta, además también hay barcos y una simulación de submarino. Si tuviera que escoger entre una de las dos colecciones más importantes del museo, me quedaría con la de aviones, hay más de 100 aviones en la sala y de muchos tipos diferentes; lo más antiguos, helicópteros, cazas, algunos con símbolo nazi… En las fotos podéis ver un poco como es por dentro, pero no es lo mismo verlo aquí que en la sala. Es verdaderamente alucinante y por ser gratis más aún, tenéis que ir.
Soy Mayte Hervás y seré la nueva corresponsal Erasmus durante los próximos 5 meses en la ciudad de Bruselas. Lo cierto es que tengo muchas ganas de empezar esta nueva etapa en el blog, en el que podréis echar un vistazo a mi forma de ver la vida belga con alegría y humor, aunque también seré seria cuando tenga que serlo.
Curiosear por el extranjero es una gran virtud que se instaló en mí desde muy pequeña y por ello he esperado tres largos años de mi carrera de traducción para poder conseguirlo. ¡Me voy a Bruselas, y encima corresponsal!
Bruselas siempre ha captado mi atención, no solo por ser el centro neurálgico de Europa, sino por las diferencias culturales que existen entre la capital de Bélgica y España. Toda mi vida he vivido en una pequeña ciudad de Albacete (Hellín) y desde que me fui a estudiar he estado viviendo en Alicante; ambas ciudades completamente opuestas a la capital grande y europea que me va a acoger este año.La cantidad de eventos musicales que oferta Bélgica, que va desde pequeñas salas con música en directo hasta festivales, ¡me tiene impaciente por llegar!