El Museo de los Instrumentos Musicales de Bruselas (MIM) es una de los más conocidos y valorados en la ciudad. Primeramente, destaca por su valor arquitectónico de Art Nouveau creado en 1899 por Paul Sainteroy. Esta obra arquitectónica forjada por hierro y vidrio resalta a la vista justo al lado de la Place Royale. El edificio fue construido con la intención de ser unos grandes almacenes. Si nos fijamos, encima del edifico aún contiene su antiguo cartel: “Old England”. En su interior, aún mantiene las características arquitectónicas iniciales, con el que la visita al museo se vuelve aún más provechosa para visitar.
También antiguamente estuvo anexado al Real conservatorio de música de Bruselas, donde salvaguardaba parte de una gran colección de instrumentos musicales. El fundador de esta institución, François-Joseph Fétis tuvo la iniciativa de recopilar ejemplares de instrumentos históricos para mostrarlos a los estudiantes del Conservatorio con fines pedagógicos. Paralelamente, Mohum Tagore ofreció en forma de regalo al Rey Leopoldo II instrumentos de la India, con el cuál sumó y enriqueció la colección. Ésta se ha ampliado hasta contener hasta 7000 instrumentos, de los cuales cerca de 1500 hoy en día los podemos conocer en la visita al museo que formó parte de los Museos Reales de Arte de Bruselas a partir de 1992.
Es una visita muy interactiva puesto que te da la oportunidad de perderte entre miles de instrumentos del siglo XX de distintos lugares. Con unos auriculares que se te entregan en la entrada, los puedes escuchar mediante un sensor cuando te plantas delante de ellos. De esta forma, la ruta por el museo se vuelve más independiente y a petición de tus gustos musicales.
Todos los instrumentos están ordenados por su familia y origen. Hay instrumentos populares belgas, europeos y de otros rincones del mundo dividido en tres plantas: la -1 muestra instrumentos eléctricos y mecánicos, la primera planta instrumentos de folclore internacional, y en la segunda podemos encontrar instrumentos de cuerda y percusión. En la última planta se sitúa el restaurante, donde podemos aprovechar la oportunidad para ver Bruselas desde una nueva perspectiva.
Para los amantes de la música, es importante dedicarle al museo bastantes horas para poder gozar con tranquilidad la mayoría de los instrumentos. Lo mejor es poder conocer nuevos instrumentos de distintos lugares y épocas, para llevarte a casa los nombres de algunos ellos para seguir descubriendo un poco más. Sin duda, la visita es un viaje experimental y lleno de sensibilidad.
El precio es de 2 euros para los jóvenes hasta 25 años. Cada primer miércoles de mes, la entrada es gratuita a partir de las 13h. Sus horarios son de de martes a viernes: de 9:30 a 17:00 h. Sábados y domingos: de 10:00 a 17:00 horas.