¡Aupa a todos!
Esta publicación va dirigida a aquellos fanáticos del deporte sobre dos ruedas, y para aquellos que os estéis interesando, claro está 😉 En el día de hoy vengo a hablaros sobre la mítica carrera de De Ronde van Vlaanderen (para aquellos interesados en conocer más sobre la historia del Tour de Flandes, os recomiendo que le echéis un vistazo al Museo Ronde van Vlaanderen), más conocida como Tour de Flandes, que se celebra el primer domingo de abril, y recorre un trayecto desde Amberes hasta las Ardenas flamencas, al sur de Flandes Oriental. Este evento moviliza en masa a toda la comunidad ciclista de Flandes -y del resto del mundo también-, donde miles y miles de aficionados cubren el trayecto de asfalto y adoquines para animar a los ciclistas. Sin embargo, como todo en esta vida, este espectáculo tiene una historia peculiar detrás. ¿Quieres saber más sobre el origen del Tour de Flandes? ¡Sígueme y lo descubrirás!
Toda esta historia comienza en el año 1913, en Bélgica, en un contexto contagiado por un gran componente político. A principios del siglo XX, el francés era la lengua de la burguesía y el poder, y tenía presencia en todos los aspectos de la vida. Paralelamente, el nacionalismo flamenco, una corriente cultural y política, comenzaba a manifestarse. Defensor de este movimiento era el periódico deportivo SportWereld, fundado en 1906. Si bien su propósito principal era publicar información sobre variedad de deportes, el diario dejaba ver su concordancia política con el nacionalismo flamenco, redactando las noticias exclusivamente en neerlandés. En este escenario, Leon Van den Haute y Karel Van Wijnendaele, nuestros dos protagonistas, trabajaban para el periódico SportWereld: el primero era el director; el segundo uno de los redactores más respetados. Ambos compartían el sueño de tener un evento deportivo como el ciclismo que estuviese asociado al ADN flamenco. Es por eso que, en el año 1913, organizaron el primer Tour de Flandes, con el fin de promover el ciclismo en Bélgica, logrando que fuese un desafío atractivo para los ciclistas y un evento emocionante para los espectadores.
La ruta consistía en un recorrido de 324 km, con salida y llegada en Gante, atravesando las ciudades principales de habla neerlandesa. Pese a la emoción y la ilusión por un nuevo evento, el éxito de este no fue el esperado. Con el escenario político del momento, los ciclistas pertenecientes a equipos franceses fueron prohibidos por sus propios equipos a participar, como boicot al evento organizado por el movimiento contrario. Participaron 37 ciclistas: 36 belgas y 1 francés. Esto, como consecuencia, en el cuadro político, supuso que la carrera De Ronde quedase más asociado al movimiento neerlandés.
Un año más tarde, en el ambiente de la Primera Guerra Mundial, las tropas alemanas invadieron el territorio belga, interrumpiendo por cuatro años -la única vez en la historia- el Tour de Flandes. No obstante, en 1919, la competición volvió al asfalto y los adoquines de Flandes. Resulta curioso que, durante el periodo entre las dos guerras mundiales, los conflictos bélicos y las dificultades que se vivieron fueran los aceleradores de este evento, ya que lograron popularidad y se convirtió rápidamente en uno de los eventos más queridos y destacados de la comunidad flamenca. Estas carreras, que a menudo eran un desafío físico y simbolizaban la resistencia en tiempos difíciles, fue lo que catapultó al evento ciclista más conocido de Flandes.
Dos décadas más tarde, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, el nacionalismo flamenco colaboró con el régimen nazi, logrando el visto bueno de las autoridades alemanas para seguir con el evento -la única clásica que se corrió durante la Segunda Guerra Mundial-, que servía a su propósito de fomentar la división en el seno de Bélgica. Durante ese periodo, el periódico Het Nieuwsblad se fusionó con SportWereld, trabajando conjuntamente como organizadores de la prueba. Una vez acabada la guerra, el periódico de izquierdas Het Volk organizó un nuevo evento Omloop Het Volk con la esperanza de convertirse en el nuevo referente, con el propósito de desvincular a la comunidad flamenca del nazismo. Sin embargo, esta nueva carrera nunca logró estar a la altura de De Ronde.
En el año 2009, ambos periódicos, Het Volk y Het Nieuwsblad, antiguos rivales, se fusionaron; igualmente, se creó la empresa “Flanders Classic”, que en la actualidad es la encargada de organizar ambas carreras, la Omploop Het Nieuwsblad y el Tour de Flandes (De Ronde).
A pesar de la mancha que suponía la colaboración con el nazismo, después de la Segunda Guerra Mundial, De Ronde mantuvo su popularidad, consolidándose como una gran fiesta del nacionalismo flamenco.
Actualmente, cada año que se celebra la De Ronde, los seguidores agitan una multitud de banderas flamencas. Pero si observamos con atención, notaremos que en la bandera del león, que ondea sobre un fondo amarillo y es llevada por la mayoría de los espectadores, las uñas y la lengua no están en rojo. Su color negro nos indica que se trata de la bandera independentista flamenca, que evita el uso del rojo, ya que junto al amarillo y el negro componen los colores de la bandera oficial del reino de Bélgica desde 1831.
¿Os ha resultado curiosa la historia detrás del famoso Tour de Flandes? ¡Si es así, hacedme saber vuestra opinión en los comentarios!
¡Hasta el próximo capítulo de esta historia!
Un saludo,
Aimar Alzuguren
Actualmente estoy realizando los estudios de Erasmus en la ciudad de Lovaina, en la facultad de Movement and Rehabilitation Sciences de la KU Leuven. Sin embargo, en España curso una doble titulación de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y Fisioterapia.
De hecho, mi afición por el deporte, el ejercicio físico y las actividades en el medio natural fueron los motivos principales para postularme a la sección de “Naturaleza, Parques y Cicloturismo”. Además de estas aficiones, disfruto mucho con los encuentros y charlas con los amigos, y me apasiona viajar por la variedad de culturas, sitios e idiomas que permite conocer.